Algunas veces perdemos el camino,
los crucifijos son brújulas de ojos cerrados,
la rosa de los vientos
no marca el trayecto al cielo
en ninguna de sus espinas,
cuán lejanos estamos del paraíso.
Es en la noche cuando se decide el rumbo,
no importa renunciar al trayecto casi terminado,
para eso existen los puertos, los adioses en ventanas que se alejan
y los heroicos suicidios.
Cuando nos desviamos del camino,
como en atajo de carretera,
estamos más cerca del cielo.
Entonces aceptamos
que nos habíamos equivocado.
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Autor:
Lúa Betancourt (
Offline)
- Publicado: 23 de mayo de 2025 a las 04:09
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 3
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