Luzbel

Black Lyon


AVISO DE AUSENCIA DE Black Lyon
No todos mis escritos son poemas, y no todos mis poemas están registrados. (safeCreative) Por lo tanto, son regalos de mi alma para ti. Úsalos y medítalos sabiamente. Black Lyon

`Tú, querubín protector {de alas} desplegadas, yo te puse {allí}. Estabas en el santo monte de Dios, andabas en medio de las piedras de fuego'.

Ezequiel 28:14

 

Se te permitió ser 'teólogo de los teólogos'; 
tu inteligencia y sabiduría enseñaban a los otros ángeles.
Acudían a ti por consejo y para comprender su existencia,
mientras, en el fondo, la envidia crecía.

Rodeado de huestes celestiales,
ejercías gran influencia;
los ángeles te veían como un maestro,
y de tu grandeza se maravillaban.

¡Cuánto te permitió Dios ser en el Evo para que te considerara su criatura favorita?
¿Con cuánto amor te miraba y se alegraba al verte educar a sus hijos?
¡Cuánta confianza, gracias y conocimientos te permitió tener!
Mas, la humildad, por soberbia, comenzaste a perder.

No te bastó ser el guarda de conocimiento que Dios te revelaba,
antes bien, tenías sed de saber quién era Dios y ver su fuente inagotable,
no solo por morbosidad teológica, sino que llegaste a pensar que,
probablemente, eras la cuarta persona con esencia del Demiurgo.

Pero el misterio de Dios, incluso para los más grandes teólogos que se acercan con humildad, es velado.
Razón que te enfureció, pues conocías todo lo que el Padre te había enseñado.
Mas tu conocimiento quisiste extender más allá del Creador, 
verdaderamente querías ser como Él,
querías la 'fuente de la divinidad'. 
Toda tu sabiduría abandonaste al perder el temor de Dios,
y prontamente con insidia armaste tus argucias.

De todo lo revelado, lo utilizaste para dar paso a la rebelión;
tu exordio fue sembrar la duda en los ángeles que te admiraban;
a algunos les hacías creer que eras una extensión de lo Divino,
mientras a otros les inoculabas la duda de la existencia de Dios.

Ciclos y ciclos en el Evo, visitando las regiones de las diferentes jerarquías;
a todas ellas hablabas y confundías, mientras otras se aferraban a sus creencias,
a la oración y a la humilde sabiduría.

Te escucharon hablar como nunca antes lo habías hecho;
como nunca antes alguien se había atrevido a proferir en el Evo.
Asombraste con tus falacias a las mentes débiles,
y, en otros, dejaste una llaga que tardó siglos en sanar.

Cimbraste las razones con sofismas que parecían convincentes,
estructurando silogismos que lucían como 'verdad';
y de la que era la voz del ángel más sabio, se tornó en la bífida lengua que escupe gusanos.
Aquellos que carcomen el alma y cuestionan la existencia del Omnipotente,
aquellos que, por menester, fueron remordimiento de las glorias; tormento inmanente.

Pero no todos los seres angélicos estuvieron de acuerdo contigo, 
no eran más sabios ni inteligentes que tú, pero Dios les concedió virtudes.
A los humildes los exaltó y sin miedo contendieron;
pronto, el estruendo en los cielos dio lugar a la gran batalla,
evento castrense que duró ciclos y ciclos, equilibrando la balanza.

Grandes apologetas de Dios se alzaron en contra de tu veneno,
y cuestionaban tus falacias; poco a poco empezaste a odiar a quienes no te seguían,
a quiénes exponían tus mentiras y te recriminaban: '¿Cómo es posible que tú, maestro de ángeles, actúes como fatuo?
¿Cómo es posible que un ángel se compare con Dios? ¿Cómo es posible que, a pesar de tu conocimiento, hables de Libertad?
Esa no es Libertad, es Rebeldía. Tan solo quieres irte lejos y tener tu propio reino, tus propios súbditos y jugar a ser Dios'. 
Pero tus adeptos te defendían y creían en tus mentiras, otros, más cobardes, tan solo se fascinaban con la idea de estar lejos
y hacer su propia voluntad sin estar 'sometidos' a su Creador. 

Todo esto lo observaba en silencio la Santísima Trinidad; 
pues los ángeles debían de desarrollar virtudes, debían de usar su conocimiento,
debían demostrar que, en verdad, amaban a Dios; que tenían fe y confiaban en Él.

Durante tu campaña de rebeldía, en la que se te concedió despotricar y esparcir tu veneno en el Evo,
Ya había regiones a las que no podías acudir y eras non grato, otras zonas neutrales y, otras que,
ya tenían glorias con dudas que comenzaban su proceso de malignización. 
Pero en cuanto terminaste de malignizarte, en un arrebato arrastraste a la tercera parte de los ángeles;
gritaste: 'Non servium', y comenzaste a blasfemar con ahínco, en ese momento,
cual rayo potente que estremeció el Cielo, un humilde Arcangel, lleno del fervor de Dios,
harto de tus palabras, como espada y potencia te respondió como ningún otro hermano lo había hecho.
Te enfureciste al ver que una jerarquía tan baja de tus hermanos te estuviera exiliando;
tu odio hacia Dios y hacia él creció pues sabías que era designio Divino.
Quisiste convencerlo y, astutamente, lo exaltaste para darle honores y, tal vez, de esta forma corromperlo,
pero en sus ojos brillaba el fuego de la justicia de Dios y solo respondió: ¡Quién como Dios!
No fue la frase en sí, sino que viste como en ese instante Dios le concedió sabiduría que
tú tardaste ciclos en acumular; la intención teológica con la que te respondió te dio a entender
que tú nunca serás Dios, que solo Dios es Dios y que, por más que argumentes, tu esencia será,
la de los ángeles, pero nunca, ni aunque rechines los dientes, serás igual a Dios.

Lastimaron tu ego, aquello que te hizo flotar y creer tus mentiras;
fuiste arrojado de los Cielos; quisiste proferir otras palabras,
mas Dios no te lo permitió, ahogado en veneno y transformado en Dragón caíste al suelo.
Mientras que tus seguidores se arrojaban contigo a la supuesta libertad.

...

  • Autor: Sir. Black Lyon (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 21 de mayo de 2025 a las 13:10
  • Comentario del autor sobre el poema: Es una tragedia para la creación la rebelión de la tercera parte de las Glorias, pero hicieron uso de su libre albedrío. Hay que estar preparados para los argumentos del demonio, pues confunden y hacen creer que uno obra bien; basta con pedirle al Espíritu Santo que nos ilumine; orar y no discutir con el Adversario. Pues solo Dios supera el intelecto de Lucifer.
  • Categoría: Religioso
  • Lecturas: 7
  • Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
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