En el hogar, un taburete, guardián de ayer, Testigo mudo de un amor que no ha de perecer. Al sentarme en él, un suspiro se eleva, Tristeza y esperanza, el alma se renueva.
Recuerdo tu mirar, la dulzura de tu voz, Y mi ser se eleva, ligero y veloz. Como si flotara en nubes de algodón, Un sueño me envuelve, dulce aparición.
Llegan de repente visiones del pasado, Momentos vividos, un amor anhelado. La pasión me quema, un fuego sin igual, Y despierto al sentir tu aliento, mi amor, mi caudal.
Tu voz me llama, un susurro en la quietud, Mi esposa amada, mi presente, mi virtud. En este taburete, el ayer y el hoy se funden, Un amor eterno que en mi alma infunde.
© 2025 OneyCFCuba
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Autor:
Oney Cabrera Felizola (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 20 de mayo de 2025 a las 23:25
- Categoría: Amor
- Lecturas: 6
- Usuarios favoritos de este poema: Tommy Duque
Offline)
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