En la penumbra de mi alma callada,
surge un susurro, un eco sin voz,
un amor oculto que nunca se agrada,
pintado de sombras, despojado de luz.
Ojos que brillan en noches lejanas,
manos que anhelan tocar lo lejano,
un sueño tejido en tramas insanas,
un lazo oculto que hiere temprano.
En cada palabra, un nudo amargo,
en cada encuentro, un destello de pena,
mi corazón guarda su abrazo más largo,
un secreto eterno que nunca se frena.
Camino entre risas, cubierto de hielo,
las almas que brillan miradas fugaces,
escondo el latido, me aferro al desvelo,
cargando el dolor de amores audaces.
Rimas sin voz en un verso plañido,
un amor que duele, que quema y que arde,
entre lo oculto, mi ser dividido,
entre lo imposible, el eterno alarde.
Pero en lo oscuro, florece la vida,
aunque sea un llanto, también es un canto,
pues amar en silencio es parte de herida,
un eco de anhelos, un dulce quebranto.
Así, en el silencio, encuentro mi calma,
un amor que me duele, pero que me eleva,
en su triste abrazo, se abraza mi alma,
y aunque sea secreto, mi corazón lo lleva.
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Autor:
d_xd (
Offline)
- Publicado: 20 de mayo de 2025 a las 21:45
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 4
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
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