Abrigo de luna, cobijo en la oscuridad; hoy, más que nada, me acordaba de ti, de aquellos secretos susurrados, secretos que aún evocan, suavemente y con ternura, a nuestras almas, a nuestras locuras, a nuestros demonios.
Sin darme cuenta, esos pequeños matices de detalle me han hecho derramar lágrimas perdidas, lágrimas que, sin saberlo, habían desaparecido de mi rostro años atrás.
La melancólica máscara de falsedad, de susurros que han oscurecido, de tinieblas reflejadas en un mar de egoísmo, se apodera de las lágrimas, de aquellos matices detallados.
Hoy, más que nada, me acordé de aquel recuerdo enternecido; hoy, sin embargo, el reflejo de mi alma se ha confundido, y ese reflejo marchitado se ríe cruelmente de mí, se burla y me tortura con aquellos lazos de mediocridad, de la noche sumida en matices infernales, de la lluvia que quema, que mata lentamente.
Ahora mismo, oculto en el lazo de las tinieblas, reposado en el brazo maldito de aquel rostro sonriente, de aquel ojo perdido en las llamas, la oscuridad de rojos vivos me apuñala el corazón, me ha encerrado por la eternidad, estoy perdido para siempre.
Hoy me acordaba de ti, y aún sigo en este laberinto, aquel que llora, que muere, que calla, que no ha encontrado su libertad.
¡Libérate de las tinieblas, alma mía! Que el sol saldrá una vez más, y mirarás al azul del cielo eterno por siempre.
-
Autor:
3GERBERAS (
Offline)
- Publicado: 20 de mayo de 2025 a las 15:48
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., alicia perez hernandez
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.