Aves libres. ( I y I I )

 I.-

A veces siento las maravillas de todo, 

a veces cierro los ojos, y me fascino.

Todo es tan hermoso, y me despierto, 

todo es bello, todo rezuma la poesía.

Esa poesía que no necesita nada más, 

esa belleza en las palabras del alma.

¿Para qué contar letras para existir? 

¿Para qué encarcelar ese corazón?

La poesía de verdad sale de dentro, 

con faltas, con errores, es auténtica, 

el corazón no necesita tantas reglas.

¿Qué más da?, si a veces habla el alma, 

en esos poemas de desconocidos, 

que se dejan retales de sus vidas,

poemas que desprenden la vida.

Esa vida libre que nace la verdad, 

esa verdad que libera los corazones, 

poemas grandes con faltas ortográficas.

Versos en prosa o verso que más nos da, 

si nos llenan el alma de la belleza de verdad.

Dejemos que los corazones escriban libres, 

poemas sueltos de la vida de verdad.

Sencillos jirones del alma que habla,

esos son los grandes poemas,

lo que son de verdad bellos.

Asombrosos versos de vida, 

reflejos preciosos de Luz,

milagros de las almas.

Dejemos cantar 

a esas aves.

Aves libres

de la Luz.

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Me gusta que mis poemas sean leídos muy, muy despacito.

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II.-

Poetas que lloran, que tienen ese don, 
don de derramar lágrimas de sus nubes.
Lágrimas de sus mares, de sus tormentas, 
poemas que se llenan de mareas de su vida.
Transcribiendo sus sentimientos más intensos.
Bendecidos por escuchar la lengua de los ángeles, 
que nos reflejan los rayos de ese algo en que flotan.
Benditos los poetas que nos regalan sus tesoros, 
esas prendas que les brotan de muy dentro.
Hermosos corazones que nos acompañan, 
y aunque se vayan, quedan sus lágrimas, 
lágrimas que se convirtieron en versos.