En el llanto irascible de la rosa,
depuesto su reinado evanescente,
encubre su agonía, inútilmente,
la flor envejecida y rencorosa.
En la pena provecta de la aurora,
naciendo victoriosa de la noche,
esconde la mañana su reproche
al sol en su apariencia redentora.
En el cáliz quebradizo de mi alma,
corifeo del duelo y de la aurora,
humedece sus lágrimas la rosa
y aísla su impotencia la mañana.
Yo oculto mi llorar tras la ventana
reprochando al amor mi desventura.
JOSE ANTONIO GARCIA CALVO
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Autor:
jagc (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 20 de mayo de 2025 a las 12:57
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 271
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Comentarios4
Bellísimo poema.
Un saludo afectuoso.
Otro afectuoso saludo para ti, Maria. Te agradezco la visita y el comentario.
Quebradiza y húmeda tu alma, escribe, talla, inmaculados versos admirables, poetazo.
Siempre agradecido, Patricia. Recibe mis saludos más afectuosos desde este lugar de España.
Hermoso y genial tu brillante versar estimado poeta y amigo José Antonio Garcia Calvo
Saludos desde Torrelavega
El Hombre de la Rosa
Muchas gracias, José Antonio, por este bello soneto, en el que se puede apreciar una reflexión sobre la decadencia y el desengaño amoroso, articulada mediante metáforas florales y temporales. De ahí que la rosa, en su "llanto irascible", se erige como un símbolo de la belleza efímera y la inevitable senescencia, mientras que la aurora, aunque victoriosa sobre la noche, oculta un reproche, sugiriendo que incluso los nuevos comienzos están teñidos de dolor. El alma, como si de un cáliz se tratase, se ve sometida a una metamorfosis que la convierte en receptáculo del duelo, donde la rosa, en un acto de desolación, humedece con sus lágrimas y la mañana se ve sumida en su impotencia. El yo poético, ubicado en la ventana, reflexiona sobre su desventura amorosa, atribuyendo al amor su propia fragilidad y la naturaleza efímera de la felicidad.
Un cordial saludo y fuerte abrazo
Encantado con tu visita y abrumado con tu comentario, Javier Julián. Saludos del alma.
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