Tú no existes, solo en mi cabeza

angelinho

Ni la primera ni será la última,

lo acepté con paciencia,

el amo de flechas encantadoras

solo si duermo premia,

 

porque gente veo en todos los días

que nota su presencia,

y yo bien que de ojos estoy abierto

solo palpo su ausencia.

 

En mi alcoba reposando la noto,

la terrible molestia,

la frágil saeta mi torso atraviesa

y pierdo mi conciencia,

 

Morfeo veo arranca mis achaques,

con eso privilegia

al negro tumulto cansado mío

exhausto de dolencias;

 

y vivo en mundo onírico la flecha

que a la real idéntica,

mas la fábula, actúa de onírica,

veo ahí diferencia,

 

que entiendo, dentro es gran maravilla

y fuera es sentencia,

es vivir el suicidio de Sofía

estar en tal tragedia.

 

Llega que Morfeo llorando deja

ir correr mis carencias,

porque ya no aguantó tanta tristeza

y da sus condolencias.

 

Otra vez más se entreabren los párpados,

¡y lo hacen con tal pesia!

Otra vez yéndose Eros en mi cara

con su irreverencia.

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