Tras las lágrimas del ayer - De la vida

… Un deseo son lágrimas, tardías a mis ojos,     

Los recuerdos, no siempre, serán buenos al alma…

syglesias

Presenta

Del ciclo de la Vida en Parejas…

Tras las lágrimas del ayer - De la vida:

“A veces, la vida, dice, no hay mayor dolor,  

Que perder lo amado por instante de un olvido.”.

Tras lágrimas del ayer, por los errores y fracasos,

Con heridas aún crujientes y abiertas del pasado,

Se tienen otros sentimientos, nunca, comparados,  

Que por temores han supurado, tristeza y dolores,

En soledad tardía es que se aprende a darle valor,

Al evaluar lo ocurrido y poder aplicar lo aprendido,

A pesar de no volver amar a esa mujer antes querida,

Los problemas dejan huellas imposibles de atenuar,

El tiempo pasa, pero siempre dejará, algo, latente,

De la poca transparencia del amor, que se perdona,

Pero que jamás, olvidaremos, siendo el desengaño,

El que veremos reflejado, por el alma en los ojos,

Sintiendo en adelante que ya nada podrá ser igual,

La ironía del sufrir por aquellos años de desdicha,

No podrían quedarse así, en solo, con mirar, atrás,

Para luego, echarse a llorar sobre una almohada,

La confianza al perderse, se ha de pagar, caro,

Las sombras de oscuridad, cobijan en soledad,

Cobrándose en la distancia al gritar su nombre,

Siendo por silencio la respuesta de sus labios,

Das cuenta la cobija humana, no cobija tus pies,

Sientes que ya no se queda junto a ti, dejándote,

Una vez, más, al encender la luz y ver la realidad,

Comprendes, así no podrás, sobrevivir el invierno,

Cómo puedes borrar, cómo, llegó Ella a tu vida,

Quizás, entregándose y todo en nombre del amor,    

Ese mismo amor, que muy pronto, Tú lo olvidaste,

Volver amarte, se hace cuesta, arriba en su mirar,

Solo, verás en las lágrimas, nostalgias en su rostro,

La herida suele doler de un pasado, no olvidado,

Aunque digas, arrodillado, cuanto es que lo sientes,

Con brazos abiertos, sin lograr, llegar a su corazón,

Parado a la ventana, tras la cortina te he visto, pasar,

Mientras en mis ojos, sentía llenárseme de lágrimas,

Ahogado con un nudo de garganta, intenté, gritarte,

Tu inolvidable nombre, sin nunca, poder, lograrlo,

Un sollozo de impotencia, cada vez, más, grande,

Entendí, lágrimas y olvido hay que dejar, correr,

Para que de forma y manera alivien a esa alma,

Que en sufrir, ha menguado hasta su luz, divina,

Dos veranos, con sus inviernos, nos separan,

Por lo vivido, añorando lo dejado de sentir,

Sinceramente en los brazos del buen querer,

Deseando, sentidamente, aquellas, caricias,

Con carencias, he entendido, aprendiendo,

El valor inigualable de esa buena, mujer,

De querer estar a mi lado en buenas y malas,

Sin condiciones, por reglas que cumplir.     

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Sergio Yglesias García

Caracas, 13/05/2025 12:15 A.M.