DÉCIMAS A LA MUERTE DE MI PADRE
I
Cuán despierto puede estar
quien desde el sueño ha venido
si en creyendo que ha nacido
da fe a la vida pasar
sabiendo que ha de guardar
su cuerpo una sepultura;
si es la vida una aventura
o un accidente o un capricho
o esa prueba, como ha dicho,
trascendental, la escritura.
Si en el sueño no se es dueño
ni parte en los devenires
y el notar desde los sentires
nos hace parte del sueño,
así, el destino, risueño,
se va urdiendo en la distancia,
construyendo cada estancia
entre virtud y pecado:
sino que nos fue legado
al nacer a nuestra instancia.
Y a cada una acudimos
y sus puertas traspasamos
predispuestas a que hagamos
yerro --que a tal fin nacimos--;
en cuan invictos salimos,
tal cual convictos caemos,
para que así demostremos
de lo que somos capaces,
requiriendo hacer las paces
conciliando los extremos.
El mal no nació en el hombre
si en él no naciera el bien,
pues de hacer mal y bien también
le ha de convenir su nombre,
por eso, nadie se asombre
si afirmo que en mí está el mundo,
ya que, al ser vida “un segundo”;
una chispa de claridad;
un instante de libertad;
así lo entiendo y difundo.
Aunque longeva la veamos
no es esta más que un susurro
y en su dictado, discurro,
que discurre; así observamos
lo que en albedrío creamos
y en conciencia de los actos
cómplices de los impactos
que la justicia intuimos;
los que entreacto la huimos,
los que aguantamos intactos.
Son así, en el plano onírico,
marginadas las virtudes;
se busca en las actitudes
lo vacuo, como un empírico
posicionado en lo lírico
que a lo mágico se opone:
que aquello que no razone;
lo que tácito se muestra;
si la ciencia no demuestra
sólo el humano supone.
Ya saben lo del neutrino
aunque no lo hayan medido:
al llegar, se ha despedido;
ha seguido su camino
hasta cual sea su destino
dentro del gran universo;
así se transmite el verso
que hemos dejado de oír
tal que al corazón latir
porque el sonido está inmerso.
Pues toda naturaleza
percibe este canto hadado
y adrede hemos malogrado
de la vida su belleza
obrando con gran vileza
como un animal traidor
que asesina a su creador
por poseer a la madre
Edipo; Electra al padre
suplantando al hacedor.
....(continúa).../...
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Autor:
Lío Cardo (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 19 de mayo de 2025 a las 01:57
- Comentario del autor sobre el poema: Es un trabajo un tanto extenso que prefiero subir en tres entregas para no hacerlo pesado.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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