La verdad desnuda, sin velos ni adornos,
un faro potente que guía la palabra.
Decirnosla siempre, sin miedos ni entornos
oscuros que nublen el alma que labra
un vínculo fuerte, sincero y profundo,
donde la transparencia es la luz que ilumina.
En cada secreto a la sombra difundo,
la certeza de un alma gemela que afina
su oído atento, su juicio sereno,
para acoger la historia sin miedo ni engaño.
Un pacto implícito, un acuerdo pleno,
de honestidad pura, sin doble peldaño.
Y la confianza, ese puerto seguro,
donde el alma descansa sin temor a naufragar.
La certeza absoluta de un afecto puro,
que no juzga, no duda, solo sabe amar.
Saber que las palabras son espejo fiel
del sentir profundo, del pensar sincero.
Que no hay dobleces, ni sombra de infiel
intención oculta tras un te quiero.
Esta verdad dicha con amor constante,
construye un castillo de firmeza rara.
Y la confianza, baluarte gigante,
protege el cariño de cualquier tara.
En este decirnos sin filtros ni velos,
la distancia se acorta, el temor se disipa.
La confianza es el techo bajo estos cielos,
donde el alma encuentra su morada propicia.
Así, la verdad es el puente que enlaza
nuestros mundos distintos en este presente.
Y la confianza, el hogar donde descansa
el amor que perdura, fuerte y ferviente..
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Autor:
Edgardo (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 19 de mayo de 2025 a las 01:52
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
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