Pensarte ya no es recuerdo,
es rutina que respiro,
como el sorbo del café
que tomo sin estar vivo.
No te busco… pero llegas,
como sombra en los pasillos,
como voz entre las grietas
que aún guardan lo sencillo.
No es nostalgia, es algo más:
es tenerte sin tener.
Es costumbre… o quizás
mi manera de creer.
La costumbre de pensarte
ya no se puede arrancar,
estás cosida en mi alma
como un hilo sin final.
No me dueles como antes,
pero aún sabes regresar.
Y aunque el tiempo me renueve…
tú no dejas de estar.
He probado mil caminos,
nuevas voces, otros labios,
pero el eco de tu nombre
se esconde tras cada paso.
No te amo, eso lo juro,
pero vives en mis actos;
como un faro en mi memoria,
como tinta en cada trazo.
Ya no sé si te recuerdo
o si fuiste de verdad…
Sólo sé que estás conmigo
aunque no vuelvas jamás.
No te olvido ni te busco,
(sólo apareces sin permiso)
Eres huella en mi refugio,
(la que no borra el corazón herido)
La costumbre de pensarte…
(no me deja ni un respiro)
¡Y aunque ya no seas mía,
sigues siendo mi delirio!
Tú te fuiste… y aquí estás,
¡costumbre difícil de soltar!
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Autor:
Wilma (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 16 de mayo de 2025 a las 19:52
- Categoría: Amor
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: WandaAngel, alicia perez hernandez, JUSTO ALDÚ, Mauro Enrique Lopez Z.
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