Algunas tardes parecen más largas,
aunque el reloj no diga nada.
Hay algo en el aire,
en la forma en que el viento roza las hojas
y en el modo en que callo.
No siempre sé cómo cuidarme,
hay días en que todo pesa,
en que mi reflejo se vuelve borroso
y mi voz apenas me reconoce.
Me he cansado de exigirme flores
cuando mi tierra solo quiere descansar.
A veces sanar
no se parece a florecer,
sino a sostenerse sin romperse.
Pero me quedo.
No huyo de esta versión que duele.
La sostengo con manos temblorosas
y la dejo respirar.
He llorado en silencio,
como llueve en la madrugada,
y he querido esconderme
de mi propio reflejo.
Pero hay algo en mí que resiste,
aunque no lo diga en voz alta.
Una llama pequeña,
una raíz que no se ha ido.
Aprenderé a abrazarme
como lo haría con alguien que amo.
A no juzgar mis pausas,
a ser casa cuando todo duela.
En la calma sin forma,
descubro que sigo aquí.
No rota.
Sino rearmándome a mi ritmo.
Y si el mundo sigue su paso,
yo me quedaré conmigo,
dándome el tiempo que me falte,
el cariño que no pedí.
Porque sé que, igual que la luna,
aunque desaparezca un tiempo,
yo también volveré.
No igual.
Más suave.
Más mía.
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Autor:
Ester Méndez (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 16 de mayo de 2025 a las 08:23
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: Asel, Mauro Enrique Lopez Z., racsonando, Andy Lakota👨🚀, Poesía Herética, Lualpri, Elise Beher, ElidethAbreu, Santiago Alboherna, WandaAngel
Comentarios1
Excelente y hermosos versos. Lo disfruté. Saludos compañera poetisa. Un placer leerte.
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