Enero me llega sin risa en la cara,
con frío en la calle, con sombra prestada.
Los días se arrastran como viejas cartas
que nunca llegaron, que nadie esperaba.
Tus huellas se hundieron bajo los inviernos,
y el viento repite lo que era eterno.
El sol no calienta lo que no se toca,
y el alma pregunta… si aún me nombras.
Te fuiste con prisas y sin despedida,
dejándome enero… ¡y toda la vida!
Sombras de enero,
que abrazan mi cama.
Silencio en la mesa,
tu ausencia me llama.
Sombras que muerden
sin dejar heridas,
pero que matan
despacio, la vida.
Los relojes ríen, pero no avanzan,
las canciones suenan… pero no me alcanzan.
Tu nombre regresa en cada neblina,
como si el amor tuviera rutina.
Prometí olvidarte en la primavera,
pero el frío insiste con sus maneras.
Y aunque haga calor, yo sigo sintiendo,
que hay meses que llegan… para ir muriendo.
Y tú tan callada en mis pensamientos,
como quien aún vive… pero está muy lejos.
¡Ay enero, no perdona!
(Se llevó lo que era mío)
Me dejó solo en la zona
(donde el alma duerme frío)
Sombras que nadie ve,
(sólo el que ama y espera)
¡Enero duele otra vez!
(Y en el pecho deja huella)
Sombras de enero…
¡no sé si regresan!
Pero si lo hacen,
que no traigan promesas.
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Autor:
Wilma (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 15 de mayo de 2025 a las 17:41
- Categoría: Amor
- Lecturas: 10
- Usuarios favoritos de este poema: ElidethAbreu, Mauro Enrique Lopez Z.
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