En grandísimo barco,
Enorme y lindo,
Por la pasarela subí,
Hipnotizado por su belleza,
Y grandeza,
Con extensas cubiertas,
Con hamacas y piscinas,
Preparadas para usar,
Si menester es.
Color blanco,
Con franjas azules,
En su formido casco,
Y un nombre potente,
Que más que un barco,
Es una nave.
Un sueño cumplido,
Desde niño,
A las Américas iba,
Con vacaciones ganadas,
En un sorteo,
A disfrutar voy,
Con mi maleta,
Un lápiz,
Y una libreta,
Escribir me gusta,
Otra es que publicar,
Lo intente,
Lindas vistas tengó,
Apoyado a una baranda,
El océano azul,
Con delfines observo,
Saltando a mí alrededor,
Preciosos animales,
Alegría da verlos,
Ese olor a mar,
Refrescante y limpio,
Horas y horas,
Embriagado del perfume,
Que el mar arroja,
Relajante e inspirador.
En una hamaca,
Me siénto,
Posteriormente,
De a mi camarote fuí,
Y comencé este poema,
Personas pasean,
Tranquilas y enamoradas,
Otras amargadas,
Por trabajo u otras,
Pero yo tranquilamente,
Senado estaba,
Observandó,
Escuchandó,
Y del paisaje,
Deleitándome,
Con mi libro,
Casi gastado,
Y mi lápiz,
Fieles compañeros,
De un escritor,
Que tantas rutas,
Hemos hecho,
Una señorita muy hermosa,
A mí se acercó,
Yo ausente,
Mentalmente,
Ni cuenta me di,
Interesándose,
Por saber que escribía,
Cuando cuenta me dí,
La salude,
Y me presente,
Ella también,
Contestando poesía,
Con amor y pleitesía,
Inconscientemente a la dama le dijé,
Que poesía era ella,
Por lo bien que lucía,
Roja como una rosa,
Se puso,
Perdón pedí,
Mas a ella,
Le gustó,
Y a mi lado se sentó,
Disfrutando estaba,
De aquellas estrofas,
Y versos.
Mientras escribía,
La dama a gusto estaba,
Y me comunicó,
Que también escritora era,
De ese perfil literario,
Ambos durante el viaje,
Mutuamente cartas,
Redactamos,
Y los compartimos,
Gran corazón tenía,
Y de amor sobresalía.
Un ángel era la dama,
Que en mi camino se cruzó,
Hermosas estrofas,
Y versos escribía,
Leyéndolos.
Enamorados estábamos,
Poco a poco nos conocimos,
En las hamacas,
Sentados siempre estábamos,
Día a día,
Cenamos y comimos,
Y de esa forma nos conocimos.
Desde el atardecer,
Al amanecer,
Una mirada intensa apareció,
Las caricias nacieron,
En cara y manos,
Con largo pelo,
Y bellos ojos,
Pero eso no fue,
El motivo del amor,
Fue su gran corazón,
Y alma linda,
Que en su interior posee,
Igual me dabá,
Que fea o hermosa fuera,
Pobre o rica,
La quería,
La amabá,
Poco tiempo llevamos,
Pero el amor,
Fuerte surgío,
Y me declaré,
Ella dijo sí,
El mejor día de mi vida fué,
Y se presentó,
Sin esperarlo,
A diario nos veíamos,
Un día llegó,
Que el Capitán del barco,
Nos casó,
Felicidad completa,
Llegamos a puerto,
Y las vacaciones,
En principio mías,
A compartidas,
Pasaron,
Encontramos una casa,
Y la compramos,
Buscamos trabajo,
Y lo encontramos,
La nacionalidad,
Adquirimos,
Y regularizamos,
Hasta el final,
De nuestra vida.
(El amor no se busca, viene solo, en cualquier momento y lugar, sin forzar la relación, y cuando se encuentra, se disfruta con pareja adecuada)
)
-
Autor:
Adoradom (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 15 de mayo de 2025 a las 13:36
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 8
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.