El sentido de mi nombre

Soy el resultado de mí mismo,

la consecuencia de un viaje por la vida,

de un periplo de mi carne por el tiempo,

y una odisea de mi espíritu por la existencia,

donde mis huesos han ascendido montañas,

han transitado por callejones tardos y desolados,

como si se tratase de suspiros de muerto,

aferrado a escombros que se resisten a ser ruinas.

He cambiado los tonos del celaje,

fundiendo sus colores en un torso fresco,

fecundando el vientre, fertilizando el seno,

suprimiendo oscuridades,

perdurando a pesar de los naufragios,

sin intentar huir hasta el final,

con las victorias que me brindan los fracasos,

que me dejan avanzar en el camino,

para encontrarme en el sitio de mí mismo.

Soy el resultado de mis actos,

que han luchado contra el viento del egoísmo,

contra el infame sentimiento de la envidia,

que me altera a mí mismo,

contra el odio abominable

y el lacerante resentimiento que me postra.

Quiero reconocer mi nombre libre,

que modifique la estructura de mi alma,

y prolongue el latido para dar sentir a mi mano,

y abrigo a la esperanza.