Sensual aparición disuelta
en la fiebre de una noche
blanca, lactosa, dulce, irreal
y existente al mismo tiempo.
Carnosidad sinuosa, labios
cual madroños en su tiempo,
y su jugo que brote, salga,
derrame su cauce, y yo,
por dentro, verterme desleído
en una salsa blanquecina y cálida.
Curvosidad de multa, precipicio
que se cierne allende el arcén
de sus agrestes carreteras, azul
asesino de una mirada que lacera,
mandíbula platónica en su perfecta
simetría y trazo; pero sobre todo
y por encima de todo su savia, sí,
el alcohol en que esta se cocina es
lo que me emborracha, me agarrota
como ratón a merced sin queso,
y la sangre me corre enhiesta,
y me riega hasta el tuétano alma
y huerto, melocotón caramelo,
almeja en su punto de mar exacto,
y sueño qué delicioso sería su ingesta,
banquete de dioses que nada más
tengo la opción de soñar, de chorrear.
Sensual aparición pero que vivo
como si se me tendiera al lado
en una noche de vino y rosas, y
con el poder que me otorga
mi vigorosa imaginación imagino
frenesíes que ni la Literatura
hasta este instante ha sabido
ni sabrá dibujar, delinear, encarnar.
Flor escarlata, rebelde, libre, exagerada...
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Autor:
Albertín (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 15 de mayo de 2025 a las 07:46
- Comentario del autor sobre el poema: Recojo el guante de mi amigo Carlos. Sobre quién ya es de sobras conocido. Qué más decir que no haya dicho...
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Poesía Herética, Paris Joel, Pilar Luna, Lucía gómez
Comentarios1
Ese cuento yo lo he vivido; a esa muchacha la conozco; ¡ya no está!
Un abrazo poeta Albertín
Parece que habéis vivido aventuras inenarrables
He hablado mucho de ella y de alguna forma sigo hablando porque la tengo en mente veinticuatro siete. Sí. Cuando estamos juntos somos como hierro e imán. Otro para ti, bródel.
P.D. No sé si he cumplido tus expectativas al sugerirme que hablara de ella.
Le acabo de dar algún retoque.
Claro que sí, ella es la poesía, dale, dale, los retoques la harán brillar más todavía.
Un abrazo Albertín
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