Que hermoso despertar
con tu aroma en mi piel,
mujer que es mi verdad,
mi refugio y mi miel.
Sentir el néctar dulce
de tus labios en los míos,
es un sueño que induce
a amores tan tardíos.
Tu sabor en mi boca,
marca mi alma y mi ser,
Dunia, luz que evoca
el querer de renacer.
Niña que se convierte
en mujer de canción,
tu esencia me despierta
pura admiración.
Mujer, dulce melodía,
tatuada en mi piel,
prometo cada día
ser tu fiel laurel.
Amarte con locura,
pasión que no se apaga,
pero también ternura
que el tiempo no deshaga.
Comprender tus silencios,
respetar tu verdad,
ser en todos los tiempos
tu calma y tu lealtad.
Que Dios nos regale
larga vida y unión,
para amarnos sin calle
ni sombra, con pasión.
Guardaré con esmero
tu risa y tu canción,
en este amor sincero
que crece en el corazón.
Juntos, mano en mano,
en la vida y el azar,
seremos el verano
que nunca va a acabar.
-
Autor:
Edgardo (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 13 de mayo de 2025 a las 00:03
- Categoría: Amor
- Lecturas: 17
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Antonio Pais, EmilianoDR
Comentarios1
Siempre es un gusto y un placer pasar a disfrutar de tu gran amor por tu musa que te inspira bellos versos. Abrazos y saludos estimado amigo Edgardo
Un abrazo querida amiga, mi eterna gratitud por tu fidelidad
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.