Mi inspiración

Era cual un faro que muy bien lucía,

era un desafío por lo que vendrá,

se apagó la llama de esa fantasía,

solo me dejó y sin licencia a soñar.

La llevé conmigo como de equipaje

desde que me vino un día a visitar,

estaba en mi vida como del paisaje,

como mis manías o mi malestar.

Se enfundó mi cuerpo para estar presente

en convencimiento para aparecer,

las gentes me miran como indiferentes

porque está escondida dentro de mi ser.

Por la noche acude a conquistar mis sueños

y de todos ellos se hace propiedad,

captura en volandas todos mis recuerdos

y es mi condena hacerlos realidad.

De su mano amiga voy por los caminos

siendo como el guía que te ofrece paz,

habla de la muerte como del destino

y voy haciendo trecho en mi caminar.

Alguna vez me olvida y se desvanece

como la calima con la luz del sol,

a gritos la llamo, pero no obedece,

sólo rinde cuentas a algún otro yo.

Va pasando el tiempo y trabajosamente

no alcanzo a explicarme su razón de ser,

por qué quiso un día ser mi confidente

y por qué otro día desaparecer.

Se me fue del modo por el que me vino

sin conocimiento en manos del azar,

me llegó el descanso porque así lo quiso,

ya no hay poemas en mi voluntad.

Adiós musa mía, me has abandonado,

todos tus impulsos son los del ayer,

quizás algún día vuelvas a mi lado

y los dos hermanos volvamos a ser.

Adiós musa mía, un hasta luego digo,

ahí quedan las huellas de mi devenir,

me has abandonado pero presumido

por haber escrito lo que ya escribí.

Adiós musa mía, se mudó mi Erato,

ya no tengo versos que opinen de amor,

gracias por llevarme siempre de tu mano,

gracias por ser letra de mi inspiración.

Era como un faro que muy bien lucía

o una amanecida con la luz del sol,

mi postrera entrega es esta poesía

dirigida a ella con consideración.