El sabio alzó la balanza del saber,
mas hoy la sombra usurpa su lumbre.
Donde hubo voz, se impone la costumbre
de acatar sin pensar, solo obedecer.
Se borra así lo escrito en el papel,
la luz de Juana, Sócrates y el hombre
que Vallejo nombró con tierno nombre
muere en la red del más feroz tropel.
Quien lee y guarda el arte de pensar
derriba con la pluma la impostura
y canta lo que el mundo quiere ahogar.
La llama del saber nunca se apura:
sin ella, solo queda soportar
el yugo de una historia sin cultura.
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Autor:
Ellie (Seudónimo) (
Online)
- Publicado: 12 de mayo de 2025 a las 11:39
- Comentario del autor sobre el poema: Este soneto nace de una preocupación profunda: el silencioso retroceso que enfrenta el pensamiento crítico cuando la cultura es ignorada, marginada o destruida. Vivimos tiempos donde el ruido sustituye al conocimiento, y la obediencia ciega reemplaza a la reflexión. Elegí la estructura clásica del soneto con versos endecasílabos sin sinalefas como homenaje a la tradición literaria, esa misma que resiste desde siglos contra el olvido. Quise que cada línea llevara no solo ritmo y forma, sino también un llamado: cuidar la memoria, sostener el verbo, encender la llama del saber. Porque sin cultura, lo creo firmemente, no solo se pierde la voz: se pierde la libertad.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 1
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