Estuve tres inviernos llorando por una compasión, o un empate.
Pero él decía:
—No. Continuemos. No te comportes como niña.
Llevas un cigarrillo en la boca; sé un adulto que, como puede, se levanta y trata de ganar… aunque lo más seguro es que pierdas.
Se moría de miedo cuando el vecino de al lado me invitó a jugar Pacifícame.
Y lo cierto es que, aunque aburrido, su juego nunca hizo daño.
Se moría de miedo cuando regresé sin ningún rasguño,
y con la mentalidad de un adulto —
sin el cigarrillo,
y sin su patético pensamiento de que, si no duele, no es tan divertido como parece.
Se moría de miedo cuando se dio cuenta
de que ya era consciente
de que lo más seguro era que él perdiera.
Y con tanto miedo, el juego comenzó a verse diferente.
Al parecer, no era tan divergente.
Demasiado predecible.
Me moría de la risa al verlo atascado en el lodo,
al borde del llanto.
Sin cigarrillos,
y sin su máscara ganadora de engaños.
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Autor:
AleQ (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 12 de mayo de 2025 a las 11:14
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 43
- Usuarios favoritos de este poema: Rusalia, ElidethAbreu, Martha patricia B, Poesía Herética, alicia perez hernandez, EmilianoDR, liocardo, pasaba
Comentarios3
Un pusilánime que se moría de miedo
estaba destinado a perder.
Bonitos versos amiga
Con cariño
JAVIER
Qué bonito mi linda amiga
entre luces y sombras
entre sonidos y melodías
nuestras alma se fueron perdiendo
Con cariño
JAVIER
Quien apuesta a perder, sin duda terminara perdiendo.
Que buen poema Ale.
Saludos!!!
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