I
Si el sol radiante flamea suspiros
de los que queman y en ceniza van,
que como abrasa Febo remedéis,
en conjunto de sonrisa y mirar,
crudeza que del alma se derrite,
nunca vi un volcán fogoso estallar
hasta en la vida aparecisteis ora,
escrito está, que no os paro de amar.
II
¿Que no sabéis lo que es felicidad?
Os hablo en verbos mansos,
¿felicidad?
Estar áspero, plúmbeo,
girar la faz, catar
la beldad en tu gesto, ¡y contemplar!
III
Descansado estar en alma,
tan solo imaginad,
vivir con crueza los días
sin en costumbres cambiar,
estar oscuro, funesco,
lastimoso en soledad,
ver de gran epifanía
rayos de luz visitar
ardor que hallan en tus clisos,
vuestros carrillos rosar,
y la curva de los labios
vuestros, a míos llamar,
¡qué ternura agraciada,
qué intensidad visual!
Quien pregunte por mi cura
¡diré de a vos visitar!
IV
Avistada y saludada fue,
pero cierto tifón la removió,
que me sonrió con claro desengaño,
la alegría no se le contagió.
Pregunté que hubo hecho ese día,
callose y díjome que despertó,
“¿y con jadeo me lo dices, niña,
que despertarse no es ya bendición?”
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Autor:
angelinho (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 12 de mayo de 2025 a las 03:07
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, JUSTO ALDÚ, EmilianoDR, ElidethAbreu, Josué Gutiérrez Jaldin, alicia perez hernandez
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