MAMÁ

A ti, Mamá

¿Qué palabras puedo decirte en este día especial,

si para mí todos los días lo son, Mamá?

Aun cuando me reprendes por mis fallos,

siempre sonrío al saber que estás cerca.

Cumpliré mis metas, y me verás en la cima,

eso que sueñas y que anhelas que consiga.

Gracias, Mamá, por forjar en mí lo correcto,

por ser madre incansable, aunque ya esté creciendo.

Entre todos mis versos hay un niño que le habla a su madre,

que mira con ojos llorosos el paso del tiempo, sin temerle.

Llevo conmigo tus enseñanzas y el valor indeleble de la familia,

mi corazón bordado con cada retazo dulce y feroz de una vida caótica.

No quiero alabarte un solo día, porque tú estás en mi alma,

fiel maestra de vida —tal vez con espinas, pero siempre con carisma—.

Las risas, los momentos donde quisieras cortarme la cabeza… ¡una locura!

Pero aprecio cada detalle que me forma.

Te quiero, Mamá.