Entre el fulgor del alba y su demora,
ella camina, leve, entre neblinas,
no es carne, ni es del todo luz sonora,
es la mujer que el sueño determina.
No dice su nombre: lo intuyes dormido,
con voz de bonhomía y terciopelo,
besa sin labios, se escurre en el gemido
de quien no sabe si cayó del cielo.
Sus ojos son umbrales sin morada,
donde el deseo -nefelibata y lento-
se funde en una aurora enamorada
que arde sin fuego y vive en el intento.
¿Y si este amor no fue más que quimera?
¿Si sólo existe en lo que se desvanece?
Sempiterno, no por lo que espera,
sino por lo que en el umbral perece.
Y despiertas. No sabes si hubo tacto,
si la amaste o fue el alma que fingía.
Pero su sombra vuelve, en cada acto,
como un eco del sueño... o profecía.
JUSTO ALDÚ
Panameño
Derechos reservados © mayo 2025
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Autor:
JUSTO ALDÚ (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 11 de mayo de 2025 a las 00:14
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 5
- Usuarios favoritos de este poema: JUSTO ALDÚ, Tommy Duque, Antonio Pais, Lualpri
Comentarios1
Excelentes letras, amigo Justo!
En verdad, muy buenas!
Gracias por compartirlas.
Un abrazo!
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