Carta para un Amigo que se fue

TRISTE TROVADOR

A 4 de mayo de 2025

 

Querido amigo, cuando habrás la carta espero que estés platicando con tu hijo allá en el cielo, y tambien espero no importunarte. Amigo, hoy la mañana amaneció con un viento frio que no es muy común en esta época del año, hace un mes que partiste y pareciera que los Tabachines, las jacarandas y las galeanas aun te hacen un homenaje con sus flores y sus ramas se mecen tan tristemente al compás del viento frio de la mañana primaveral, asi como los guamúchiles caen del pinzan por el viento, y yacen inertes en el suelo como si aun estuvieran llorando tu partida.

 

Tenia miedo de escribir pues no sabía que más decirte, tenia la vaga idea de que ya nos habíamos dicho todo el día que nos despedimos, las cosas que me contaste y el ultimo encargo que tuviste a bien pedirme. Tenías razón amigo, cuando me decías que el primer mes es en el que mas se extraña a las personas que se han ido, pues aun tienes los recuerdos tan vividos que parece deambular por todos los lugares donde se anda, y la mente tiene la vaga idea de que se volverá a ver a esa persona, pero al final sé que ese recuerdo no te traerá de nuevo, aunque mi corazón este lleno de ti.

 

Aun pasan por mí las tardes cuando nos podíamos en el ordenador a buscar música para recordar artista de antes, tú sabes cuales aún recuerdo las canciones de Miguel & Miguel, Joan Manuel Serrat y de Alberto Cortes (Mi árbol y yo) que tanto te hacia recordar a tu papa haya en Torreón.

 

Amigo, te acuerdas cuando fuimos al mar y te enojaste conmigo porque critiqué el poema que le hiciste a tu hija por tantos diminutivos que usaste, perdon, no quise hacer, fue solo que ya tenías unas copas de más y ya deseábamos que ya no tomaras, (aunque al día siguiente fue a mi al que me mandaron a dormir).

 

Perdon por haberte lastimado con el poema que le hice a tu hijo y que te hizo llorar, no fue mi intención hacer el poema tan crudo, pero tu semblante cambio cuando te enseñé un poema de Emily Dickinson y Alfonsina Storni. Pero en realidad te digo, no entendía tu dolor, ya veo que tan cruel es la muerte y cuanta soledad deja a las personas que te conocen, ahora puedes leer el poema a tu hijo ya estando cerca de él y que le digas cuanto sufriste por él.

 

Busco la mejor forma de decirte adiós, pero no creo que en este momento logre plasmarlo con letras y palabras, porque aun quisiera hablar contigo a todas horas, tu figura imperfecta, tímida y firme de un Longoria de Torreón aun parece ocupar cualquier oquedad untado como bálsamo contra el mal humor, con la habitual alegría que solías irradiar a todas las personas con las que compartías tus anécdotas.

 

Haa, ¡¡mi último Juglar!! Quisiera encontrarte entre los extraños que caminan en las calles, entre los pájaros de los parques y en el agua clara de las fuentes de la ciudad contando el cuento eterno de los enamorados, tan rebelde y tan manso, pero solo esta el aire caliente de mayo, que me asfixia y me pone en mi lugar, porque te has ido con la luz de anochecer, como el agua del rio llega al mar y no regresara.

 

Quisiera llorarte y  llevarte azahares como en un cuento pero no puedo, aunque tengo sapos en el pecho; porque tu partida es como una medalla de oro a la alegría, estoy seguro que estas con tu Dios en el que tanto creías; así, distante e intocable junto a él, pero estoico y ufano como solías ser, y que un coro de ángeles te estará acompañando a tu ultima morada junto a la estrella más brillante del firmamento, aca abajo cuando la tarde oculte el sol y en la radio se escuche tu cancion; Te aseguro que siempre te recordare.

 

Triste Trovador

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