El camino al infierno está lleno de buenas intenciones
El alba de la llama me atraviesa con sus confesiones.
Me siento taciturno en este andar,
mientras clamo por el vulturno,
luchando contra las espadas y el mandar de mi sediento turno
Mi necesidad de gritar se extiende por las vigas de mi casa,
el deseo de hablar se entraña en mi decir en un sorbo de café en una taza.
Mientras se mancha mi reflecta,
en una estructura impersonal llamada: “nombre”,
lo que se dice de mi se inyecta.
Trepo por un muro fronterizo para no ser alcanzado por la infecta,
correría por un camino umbrío para no ser parte de los murmullos que proyecta.
Que si soy altivo, ingrato, desdeñoso,
mas al tenerme de frente me dicen que aún soy elegantoso.
La lumbre de la sociedad a mí me quema,
con palabras burdas a mí me crean un dilema,
por mi ser y sentir, yo mismo me he creado mi anatema.
Me reconocen como despotricado y blasfemo,
al caminar me tropiezo con que pecado yo soy
y debería quedarme callado,
los bullicios tumultuosos me arrullan en mi pasar ignorado,
mi cuerpo y alma son un producto falsificado,
mi corazón no late, se siente ardido y condenado;
aunque al caminar más allá de la mirada externa,
encuentras una verdad moribunda, pero por fin alguien te confraterna.
Ya no estoy balanceado colgado del árbol genealógico,
sino yo corto las ramas, y me desgobierna y no soy parte del zoológico,
Ya no me dejan colgando, de las risas soy inmunológico.
Yo he fundado mi sociedad,
en donde la piel de la carne no es vista como suciedad,
en donde con escobas barremos la falsedad,
cada uno con un lienzo con propiedad,
y aquí el color es nuestra necesidad.
Aquí, no estoy impedido ante mi defensa y propiciarlo,
no estoy consumido antes siquiera de intentarlo,
no invocaría un cataclismo con tan siquiera pronunciarlo.
Aquí, puedo ver a través de la ventana,
no está empañada de tanta desgana,
mis cobijas no me arropan esta pena vana,
mis almohadas no guardan mi ausencia humana.
Aquí, el ser humano no está limitado en el decir de los demás,
del mañana un hambre voraz,
en nombre de la paz,
jamás miraremos atrás.
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Autor:
Manifiesto_01 (
Offline)
- Publicado: 8 de mayo de 2025 a las 04:35
- Comentario del autor sobre el poema: este poema nació de una necesidad profunda de cuestionar lo que somos obligados a aceptar sin pensar; los juicios, las etiquetas, las vitrinas donde nos colocan para observarnos sin entendernos. Cada imagen, cada palabra imperfecta, fue escrita así a propósito, porque refleja lo que soy. no quiero encajar, quiero existir con verdad. El vulturno es ese fuego que duele pero transforma, la reflecta es la máscara social que se mancha con lo que callamos. La casa, el árbol, el zoológico, todo es símbolo de una sociedad que mira pero no escucha, que domestica lo que no puede nombrar. Este poema no está hecho para gustar, está hecho para confrontar. Si al leerlo no te incomoda, no te mueve o no te provoca, entonces quizás ya eres parte del zoológico.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR, La Hechicera de las Letras
Comentarios1
Gracias poeta por tus letras.
Es un manifiesto real.
Saludos.
gracias, es mi manifiesto moderno. saludos a ti también.
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