Volví a mi nombre original: La Hechicera de las Letras. No hay giros ni explicaciones innecesarias que dar, solo la reafirmación de lo que siempre he sido.
Quien quiera entender, que lea; quien no, ya sabe que pase de largo.
CRIPTA DE LOS ILUSTRES CAÍDOS III
Crypta, de iglesia cimientos.
sinónimo de esconder
para el que deja de ser.
Hipogeo sin alientos.
Y se escucharán lamentos
de santos bajo girola
con su luz, con su aureola,
e infames bajo el transepto,
oscuridad por precepto
sin ábsides ni absidiolas.
Sean infames y diablos
bajo el clavo del crucero,
bajo herrumbres del acero
sin ornatos ni retablos.
Con cienos de los establos
y hedores de infierno frío,
solo tumbas y el vacío
para pecados confesos,
humedad para sus huesos
y sus cráneos impíos.
Jhetsefany.
📜 SEPULCRO DE
El Caballero de la Mancha Eterna
(Soñó molinos y murió creyendo en gigantes)
(El mundo no fue digno de su locura)
Confundió molinos con tiranía,
galopó sobre polvo y desengaño.
Por no rendirse ante la porquería,
y en su mente gobernaba el rebaño.
Falleció cuerdo, el mayor de sus males,
ver que este mundo odia a los ideales.
⚔️ Si luchas por nada, te aplauden por loco.
🐴 No lo llore usted, ríase con miedo.
📜 TUMBA DE
(CEO del espanto, en traje Armani y bisturí caro)
(Mató sin ruidos. Vivió sin alma)
Detrás del Wall Street y su piel de seda,
yacía un dios del ego desatado.
Cortó sonrisas como quien se enreda
entre martinis, sangre y saldo inflado.
Murió entre espejos y autocompasión,
sin saber si existió... o fue una ficción.
💼 La tarjeta fue de crédito, no de culpa.
📜 CÁMARA DE
El barbero con pulso de ajusticiado
(La navaja fue su única redención)
(La justicia, un espejo empañado)
Se alzó con navaja, con odio al oído,
y su venganza fue el filo de su ser.
Aferró su ira, pero nunca ha vencido,
en su cripta sigue cortando a placer.
Murió en la espuma, entre sangre y la cuchilla…
Hizo de lo afilado su acto, aún brilla.
💈 Si su cuello tiembla, es buena señal.
📜 VITRINA DE USO Y ABUSO DE
La ninfa escrita por un hombre en ruinas
(Su cuerpo era campo, su voz, evidencia)
(La lujuria firmó con letras muy finas)
Desnuda el verbo, vestida en moral,
le hicieron trampa, usando solo el coño.
Nunca fue ella, solo un cristal carnal
para un narrador hambriento y sin moño.
Murió sin saber si existió del todo...
mientras vendían su mito en el lodo.
🍬 Trae flores... pero no te le acerques, cerdo.
📜 GRUTA SANGRIENTA DE
El príncipe de la sangre victoriana corrompida.
(Sus colmillos perforaban más que el alma)
(El pecado fue su herencia bien recibida)
Nació en la noche, bajo luna infame,
y en cada muerte halló su caridad.
Devoró el amor como un gran derrame,
y dejó cuerpos secos en su maldad.
Se le enterró en un ataúd sangriento,
aún susurros arrastran el tormento.
🦇 Llame antes de entrar. O vierta sangre por cortesía.
📜 NICHOS DEL FUEGO
La virgen de la pólvora y la cicatriz.
(Su fe era espada, su lengua, martillo)
(La inquisición no tolera el matiz)
(Francia le rezó… después la hizo arder)
Atacó la herejía en su montura,
llevaba cruces como lleva un verdugo.
Su patria la entregó a la quemadura
y en su piel abrazó todo su yugo.
Fue su cuerpo, el altar de la traición,
y el humo alzó su alma como blasón.
⚔️ Dios me habló. Ustedes solo gritaron.
📜 MAUSOLEO DEL CAZADOR OBSESO
El que enfrentó al abismo como a un amante
(Con una pierna rota y el alma en llamas)
(El mar fue su dios y su castigo constante)
No quería matar solo una ballena,
quería degollar al mismísimo Dios.
A cada trueno, su furia era más plena,
y cada rezo, un acto de locura atroz.
En su final, no hubo redención ni costa,
solo un cadáver que aún abomina y flota.
🐋 La locura era el anzuelo, la ballena, excusa.
La Hechicera de las Letras. Dueña y Custodia de la Necrópolis Literaria.
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Autor:
La Hechicera de las Letras (
Online)
- Publicado: 8 de mayo de 2025 a las 01:33
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 30
- Usuarios favoritos de este poema: Andy Lakota👨🚀, Jhetsefany, Llaneza, Franjablanca, Poesía Herética, CBR, Josué Gutiérrez Jaldin, DRM, pasaba, Jaime Correa
Comentarios4
Caldos del conocimiento aderezados con especias de la planta ironía.
Admirada Mater, quiero contribuir a tus apuntes de grutas con pequeños datos históricos. La historia siempre es curiosa.
Existieron las criptas de infames. Y no muy lejos de las de los santos. Impíos los llamaba la inquisición, que sellaba las maderas de sus puertas con sus símbolos de roseta y calavera. Pero ricos e ilustres, y en tal caso, dignos de esos hipogeos.
En regiones bávaras de la ya, vieja y achacosa Europa, quedarán todavía algunas grutas selladas por los acólitos papales de la edad media. Cryptas bávaras. Y escritos que, aún no bien traducidos a formatos más actuales, más o menos rezaban...
Crypta, de iglesia cimientos.
Sinónimo de esconder
para el que deja de ser.
Hipogeo sin alientos.
Y se escucharán lamentos
de santos bajo girola
con su luz, con su aureola,
e infames bajo el transepto,
oscuridad por precepto
sin ábsides ni absidiolas.
Sean infames y diablos
bajo el clavo del crucero,
bajo herrumbres del acero
sin ornatos ni retablos.
Con cienos de los establos
y hedores de infierno frío,
solo tumbas y el vacío
para pecados confesos,
humedad para sus huesos
y sus cráneos impíos.
Quedan impresos en puerta
la roseta y calavera.
Mater Litterarum tus palabras son el óleo con que embalsamo estas osamentas impías que susurran historias. Sabes bien que el mármol no siempre habla de virtud ni que la aureola garantiza santidad. Tu contribución posee una fineza notable, merece ir al inicio como prólogo apócrifo, pues le da contexto simbólico.
Y yo, una aprendiz de sepultureros con pluma incisiva, aprecio tu gesto. He dispuesto estos epitafios no para salvar, sino para recordar que el abismo moral fue una invención, de los que tenían sótanos y miedo a la poesía.
Un abrazo.
La Hechicera de las Letras.
Si. La santidad se conseguía, no con rezos, si no con escudos de oro que caían en los cofres de abades, y bolsillos de inquisidores. Recorrer esos metros que separan las madrigueras extremas de los cruceros, con sus salas de tortura para garantizar confesiones al gusto, de las decoradas grutas bajo el altar mayor, era cuestión de peso de bolsa. Algunas cosas no han cambiado mucho, salvo que ahora preferimos (algunas) tener cintura de avispa, que no de obispo. Entonces, era al revés, y podía ser la diferencia entre la fosa común, y una gruta decorada.
Pero lo que subyace y tiene más interés son tus epitafios, porque reflejan la realidad oscura de personajes, y la conclusión de que el tiempo pasa y no se aprende nada.
Si Don Quijote levantara la cabeza te llevaría a la grupa de su Rocinante contratada como escribana para dar fe de sus hazañas.
Pues vaya que si, doy fe de narrar con el espíritu de los grandes relatos: noble, poética y fiel a lo imposible. No iría a en la grupa, más bien a la par, o incluso adelante del caballero, porque mientras él embiste molinos, escribiría en el viento que los sostiene, recordando que en la locura de su lucha se esconde la eterna verdad de quienes desafían lo irreal. Mientras él busca gigantes, yo deshago sus sombras con cada palabra, iluminando las quimeras que lo arropan.
La Hechicera de las Letras.
Es una genialidad tu forma de crear versos le das vida cada estrofa que escribes, es increíble.
Hechicera, tu necrópolis no solo conserva huesos y epitafios; resguarda ecos de almas que aún gritan con pluma afilada. Cada tumba que dibujas es una obra teatral de sombra, ironía y lamento; un epitafio poético donde el alma se desnuda con cinismo y verdad.
“Murió sin saber si existió del todo…”
“Trae flores... pero no te le acerques, cerdo.”
Ahí, justo ahí, reside la genialidad que incomoda y fascina. Tu pluma no entierra, exhuma. No lamenta, exhibe. No consuela, sentencia.
Gracias por permitirnos pasear entre estos cadáveres ilustres. Dan más vida que muchos vivos.
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