Es persecusión esta necesidad de márgenes
La condición de mi existencia oscila entre el saber
El saber deviene en los sentidos
Cuando acabe el viaje importará el saldo
Cómo debo buscar los límites sin caer como cientos de lágrimas
Inclino mi cuerpo y lo busco en una ficción instantánea
Ya sé que nada dice la dualidad
Ya sé que sobre todo no debo
No es el título, el nombre o el adjetivo
Es el verbo sediento
Y el asfalto resiste
Y los ríos no se cansan de decir
Busco el consuelo con los ojos cerrados
Resigno mi médula y vivo en el pensamiento
Quién explica mirándome con el cuerpo
Recae el tiempo y los segundos punzan los latidos
Respiro al costado de la sombra
Es un deber dirigirme hacia mi indiferencia
Qué ocupa el espacio entre el olvido y abandono
Recalco la sensación de exhorcizar el presente
Resisto y mi cuerpo ya no solo susurra
Los sueños transcurren como río subterráneo
Cuál margen se me niega y parpadea
Esta vida me enseña la medida justa de mis manos
Si lloro nada cambia
Si grito nada cambia
Si duermo nada cambia
Dónde está el templo de lo amado
La fluctuación de la palabra, alcanzará?
Cuánto oxígeno he perdido y he desdeñado
Observo el aleteo de la vida
Y este océano se hace mínimo
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Autor:
KETZAL (
Offline)
- Publicado: 7 de mayo de 2025 a las 16:24
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 5
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, EmilianoDR
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