"Los amantes de las prostitutas
son felices, dispuestos y satisfechos;
en cuanto a mí, mis brazos están rotos
por haber abrazado las nubes."
- Baudelaire
En la soledad de mi refugio cálido,
con mi mate de alpaca en la mano;
los hilos de Néfeles me envolvieron
en la infinita nostalgia incolora.
Como buen divagante que soy,
en mis pensamientos me perdí;
me detuve en una estrella tenue,
un deseo sutilmente presente.
Este no bailaba el tango solo,
se enredaba junto a una carencia.
Persistente a lo largo de mi vida,
se llamaba "falta de experiencia".
Aun así, es difícil de hacer realidad,
pues lo intenté incontables veces.
Tal parece que la soledad es mi huella,
la ninfa que cuida mi espíritu de arena.
Espero que algún día sea posible
y aparezca esa musa disruptiva.
Romper mis paredes quebradizas
y saborear por fin las aguas vitales.
Pero por ahora, debo ser paciente;
mientras tanto, sigo sonriente
al lado de Néfeles y su dulce canto.
-
Autor:
Rosendo Ruiz (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 5 de mayo de 2025 a las 07:47
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 8
- Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR
Comentarios1
Gracias Rosendo y que Néfeles te siga cantando.
Saludos.
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