No me pida usted …
No diga que esté sosiego y en santa paz.
No trate que la olvide y no la recuerde más.
Impositivo sea el pensamiento que como un atavío
la envuelva en mi memoria y sea, por usted, sólo mío.
No puedo, y por más que el olvido sea oportuno
ante sus inquietas pretensiones en turno,
debo manifestarle que aunque halle resistencia
caballerosamente hallará usted toda mi insistencia.
Escuche usted mi ruego, señora de mi inspiración.
Escuche usted, como piadoso lo hace Dios.
Callarme no hace que en el silencio yo la olvide
como tampoco en la lejanía que nos divide.
Ya sabe usted que yo, sin más afán, la quiero.
Que como sublime se musita el ruego
y entregada es el alma en suplicante oración
así le confieso yo a usted mi amor.
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Autor:
Mallez (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 5 de mayo de 2025 a las 01:58
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 14
- Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR, Polvora
Comentarios1
Gracias Mallez y que bonito hablar de usted al amor de su vida.
Saludos.
Saludos EmilianoDR. Gracias por el tiempo d esa lectura y por el comentario. A seguir con toda esta expresión poética para exaltarla y fomentarla.
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