mi pecho encinerado

luna pensativa

Me senté en un atardecer,
el final del día,
con ganas de no pensar,
el viento me intentaba soplar vida,
pero ya no quería escucharlo.

Miré hacia el cielo un segundo,
preguntándome qué falló,
y sentí que todo el mundo
se olvidó de lo que soy yo.

Pensé todo lo que tuve contigo,
en lo mucho que aguante,
cómo guardé todo dentro mío
todo lo que me dolía y no conté.

El sol no se había movido,
como si nada ocurriera,
y yo,
con mi pecho encinerado,
actuando como si no me importara.

Pero algo en mí intenta no rendirse,
aunque a veces quiera caer,
sigo aquí, sin tanto ruido,
esperando volver a creer.

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