A una despedida

Juan Sebastian Mena

 

Hoy que más puedo pensar sino en el recuerdo de un pasado trágico 

Ella con sus dones de hacerme suyo solo con mirarme, con deleitarme con sus anchas pestañas negras. 

Ella, tan hermosa como en aquella primera cita, parecía un atardecer en las costas caribeñas, y su vestido de flores jugueteaba con el viento.

Aquí, en esta isla donde yo te juré amor eterno, vengo de nuevo pero esta vez sin ti, y las estrellas se entristecen al verme con tanto amor colgando en mis manos.

Hoy solo veo en espirales en el humo de mi cigarrillo el recuerdo tuyo, me quema más que mi dedo sobre la ceniza del tabaco.

Y entre mis lentes empañados te digo un adiós mi amor, yo muevo mis pañuelos al aire como si fuera un viajero despidiendose, a lo lejos me despido, te vas fugaz por entre las sombras, dónde nada se te ha perdido, y en mis noches de dolor solo recuerdo tu aroma femenino, y tus cabellos recién mojados en el mar caribe entre mis dedos.

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