Siendo hoy 02/05/2025

Moisés Sánchez

Hice las paces con mi reflejo, acepté que soy quien veo y no quién creo ser:


Soy humano.
Soy un hombre real, fuerte...


Tanto, que acepté la derrota que, aunque duele, es lo ideal.
Fue que la luna llena y su luz me guiaron hasta el lago del ayer, fue que abracé mis errores y entendí que ningún latigazo a mi espalda pidiéndote perdón sirve de nada.
Sangro.
Sufro solo yo.
Yo solo.


La soledad revela todo, me arrancó la máscara de obsidiana que fundí a mí rostro con el calor de desear ser un niño irreal.
Ahí fue que cayó al suelo, después de llorar y verme en medio de un nuevo yo… comencé a caminar cuando la obsidiana cortó mis pies. En las heridas noté un dolor nuevo, un ardor hirviente... Un alivio inmediato llegó a mi cuando entendí que cortó el sendero por donde venía, aquel donde solo pisaba flores buscando entre ellas la más bella.
Mi sangre, rica en dolor alimentó la tierra donde reposaba. Al alba, creció un girasol color esperanza... Irónico pues de mi herida nació.
Con el sol acariciando mi mirar fue que despedí lo que ya no soy, y con todo y miedo, recordé la frase de Serrat:


"Caminante no hay camino, se hace camino al andar".


No sé a dónde voy, pero llevaré tatuada en mí memoria aquella rosa amarilla creciendo en un valle rodeado de colinas moradas, resaltando por lo única que es.


A su honor, lo que ya no soy.


Por ella, lo que decido ser.


Para ella, mejor dejarla libre, hermosa y sana.


Que el viento y su voz me permitan viajar a su lado,
aunque conmigo ya no esté.

  • Autor: Moisés (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 3 de mayo de 2025 a las 03:32
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 2
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