El amor que te tengo

El amor que te tengo,
es un susurro en el viento,
es fuego que abrasa el alma, 
es un río que fluye sin freno. 

Eres la luz en mi sendero, 
la estrella que guía mi paso,
en cada mirada tuya, escucho un eco, 
y de tu sonrisa. siempre, recibo un abrazo. 

La noche tibia, un silencio eterno, 
tus manos siempre son mi refugio, 
en tus ojos percibo el bello reflejo, 
de un mundo que es tuyo y es puro. 

Es amor que florece en primavera, 
y es como un jardín de sueños.
Tu risa es una bella melodía, 
que va bordando nuestro destino. 

Es un instante robado al tiempo, 
y es más valioso que el oro, 
tu voz se convierte en un canto divino, 
que reposa en mi pecho como un coro. 

En el susurro silencioso de las hojas, 
llevo tu perfumada esencia grabada, 
es un amor sin ataduras ni cadenas, 
navegando en una brisa tan soñada. 

Me perdí por completo en tu abrazo, 
como el mar abraza incesante a la playa, 
tú eres, para siempre, mi refugio infinito, 
de todas mis ansias, las más profundas. 

Y aunque las horas y los días pasen, 
y el reloj implacable marque su ritmo, 
mi amor siempre será el faro que mires, 
en medio del sol que, tímido, desaparece. 

Todos los colores que tiene el ocaso, 
son testigos mudos de mi verso, 
al escribir tu nombre en el cielo, 
en cada latido de mi corazón inmerso. 

Hemos caminado juntos, muchas veces,
bajo el manto infinito del firmamento, 
en cada paso, he escrito un poema, 
y en cada momento, te he dado un beso. 

Has sido mi fuego y has sido mi calma, 
la preciosa armonía en mi desvelo, 
eres amor que arde y que se aplaca, 
eres la única mirada que siempre anhelo. 

Las palabras que escribo son solo ecos, 
de lo que en mi corazón late y existe, 
eres la sinfonía que se vuelve eterna, 
que sólo nuestro amor, lo percibe. 

Es un viaje sin destino cierto e infinito, 
sin un camino que hayamos imaginado, 
Tú y yo, somos los intrépidos navegantes, 
en este mar hermoso y tan sagrado. 

El amor que te tengo, y por cierto,
es como un río que nunca se detiene, 
fluyendo lentamente, en nuestra historia, 
y que el tiempo, inexorable, jamás frene. 

Así, como siempre ha sido, entre luces y sombras, 
te juro, por lo más sagrado, te llevo en cada suspiro, 
y porque sabes bien, que el amor que te tengo, 
es la única razón de mi existencia y mi delirio.