Forjado como se moldura
el blasón en la talla;
herido de aromas malvados
y vencido por quinientas batallas.
Ninguna, de laureles
más las victorias, contadas.
Prematura la voz
que le sesgaba el alma;
un prisionero maldito
de la desesperanza.
Nunca fue derrota completa
ni escondrijo de nada.
¿Valor? ¡El valor no existe!
cuando se pierde la esperanza...
¡Quinquel para nadie!
y la poca luz se apagaba,
pero, ¡ay! ¡universo¡
que apareces a las claras.
Siempre enfrentó gigantes,
y esquivó balas,
pero no siempre
en esta vida se gana.
Se perdió en el mar de la duda
náufrago, de su propia rabia.
Ya no hay caminos
que le vendan la magia,
ahora es sólo humo
que con el viento pasa.
Es el dios clavado
que la fe lo salva...
¡No pregunten! !dejadlo!
Ya no es llama,
no es arcoiris ni crepúsculo,
tan sólo un albor que clama!
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Autor:
poetalibre (
Offline)
- Publicado: 2 de mayo de 2025 a las 20:30
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 8
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Carlos Armijo Rosas...✒️
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