Ojos negros

Una y varias perdidas caninas, estúpidas y clarificadas, cuando busco el finiquito y solo pretendo el final.

Cuando cayendo de una nada indecorosa me sublimo en una esfera de indiferencia, la nada y el todo,

como rara avis que especula con la molestia, como infame obtuso y olvidado me disperso, 

ahora en un final que no parece cercano, nos amilanamos en una histeria perseguida,

quizás no sea por el hada verde, quizás no sean los hongos de los mil resquicios, 

pero no me hace falta vicio alguno para perderme entre ratos de rastos inocuos e inhertes,

miles de palabras, como futuro imberbe, ahora rabiando como una lanza desafilada, 

dichosa alma que dice y duele, bendice y desdice, roba y teme, ama y odia, 

quiere y olvida, a cada recuerdo una lágrima, un grito sin alarma, cada uno un deseo, 

un anhelo que no fue, un incendio que quebró las frágiles ramas de mi interior. 

Ahora con o sin ello entre mis manos, se desvanece como brotes mohosos, 

como rostros en lloro y un espejo que rajo la vendimia de esta rabia, 

quizá no haya grito, pero si no hay ¿Dónde va mi pena y mi gracia sincera?