Del porqué me quedo callado ante tus ojos, del porqué me miras así y me sonrojo. A estas alturas de la vida, no se permiten mariposas en el estómago. Después de unas cuántas décadas, está prohibido ilusionarse, vestirse de ternura, tomarse de las manos, juguetear como novios…
Es que ya no estás para esas cosas, te dicen los otros. Tus hijos comentan: "Papá y mamá andan como locos." ¡Por Dios, qué incómodo! Ellos se van, y tú te quedas solo… Ajá, solo.
Recordemos con alegría el florecer de nuestros días, la primavera divertida de la vida. Que no se apague la llama, que no nos consuma el verano, que arrasa con todo y encandila. No permitamos que el frío invierno congele la pasión de los enamorados. Es justo y merecido vivir en plenitud el otoño, cuando tenemos al lado nuestro ser amado.
No se trata de edades ni tiempos perfectos, el amor se trabaja día a día, es motivo de alegría. Es una conexión que no termina, permanece en el tiempo, es que el amor; no tiene fecha de vencimiento.
No dejemos que el pasado que pesa y priva, el quehacer diario y la rutina; nos jueguen chueco, que los reveses de la vida nos dejen sin aliento, que sea nuestra actitud un impulso en el tiempo, que no se cansen nuestros pasos para darnos por los nuestros... Seamos huella en nuestro tiempo y cosechemos agradecidos la calidez del amor, ya viejos…
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Autor:
Erika Castillo (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 2 de mayo de 2025 a las 04:01
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 11
- Usuarios favoritos de este poema: nachosol, Lualpri, Poesía Herética, ElidethAbreu, Polvora
Comentarios3
Hay que mantener la llama del amor viva, Un saludo mi estimada poeta.
Saludos. Un abrazo
Que viva la alegria del amor poeta Erika.
Abrazos y gracias.
Que Viva. Saludos y Abrazos.
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