Si pudiera cruzar la distancia sin barco ni avión,
iría descalzo, con solo el corazón.
No temas, amor, no hay sombra ni duda
que borre el camino que lleva a tu luna.
Sé que a veces piensas que no eres bastante,
que el espejo no dice lo que yo veo delante.
Pero yo te miro desde aquí, tan sincero,
y en tus grietas encuentro lo que más quiero.
No me asustan tus miedos, ni tu voz temblorosa,
ni esas preguntas que brotan nerviosas.
Te elijo con todo: con vértigo, con calma,
con cada inseguridad que es parte de tu alma.
Porque no estás solo, aunque el mar nos separe,
aunque el tiempo se estire y no sepa esperarte.
Yo estoy, y estaré, mientras tú quieras quedarte,
aunque el mundo se apague, aunque cueste encontrarte.
Yo también he visto a esos miedos,
esos que se cuelan entre los gestos y los silencios,
que se disfrazan de sombra cuando tratas de brillar.
No necesitas explicarlos, los reconozco sin nombre.
He leído tus palabras con el corazón en la mano,
como quien encuentra en otro el eco de su dolor.
Y aunque no puedo borrar lo que sientes,
quiero decirte algo:
seguir escribiendo, aún con lágrimas,
es un acto de valor tan grande
que tus miedos no pueden entenderlo.
Ellos saben, sí.
Pero yo también sé.
Sé que sigues aquí a pesar de ellos.
Sé que incluso cuando caes, vuelves a intentar.
Sé que aunque duela existir, tú existes,
y eso ya es una forma de resistencia.
No estás solo.
Aunque tus miedos griten,
aunque sientas que no mejoras,
hay una parte de ti que aún quiere sanar.
Y esa parte, por pequeña que parezca,
es suficiente para que algún día,
todo esto duela un poco menos.
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Autor:
J. Locke (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 1 de mayo de 2025 a las 15:50
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 19
- Usuarios favoritos de este poema: SoyUnAlienDeJupiter, La Hechicera de las Letras, EmilianoDR
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