Cincuenta kilos,
tu pecho dos, tus
nalgas uno, tus
piernas siete, tus
pensamientos treinta,
tu deseo veintisiete,
la gana arrancando
valladares quince, tus
intenciones ayer diez,
la vecina a la que reñiste
por meterse conmigo seis
kilos menos, tu madre,
la pobre, soportando
tus salidas de pata de banco
once, y tu padre, que se tuvo
que ir de casa porque la pena
de verte deshauciada le corroía
la entraña diecinueve.
Cincuenta solo, ni uno más
ni uno menos, y qué dice ella,
tu mejor amiga, esa a la que le
acabas contando cada polvo
que esparcimos en tela blanca,
cada lunar de un cuerpo como
el mío, tan volcado sobre ti.
Cincuenta kilos te resisto, ni
uno más, cuando las piernas,
hechas a aguantar las andadas
más largas que imaginarse pue
das, me piden tiempo muerto
cuando te sientas encima a que
te entre triunfal por tu puerta.
Cincuenta te cuento, ni uno más
ni uno menos, y tú, ¿Cuántos me
eres capaz de tragar si te habito?
-
Autor:
Albertín (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 1 de mayo de 2025 a las 12:42
- Comentario del autor sobre el poema: Cuando medir, contar, calcular o mesurar no nos lleva a la solución de alguna ecuación.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 16
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Poesía Herética, pasaba, Pilar Luna, EmilianoDR, Jaime Alberto Garzón
Comentarios1
Soy malo para las matemáticas pero que original y ocurrente poema. Saludos
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.