Sala de espera

Luciana Trejo

Doctor extirpen mi corazón, ya que es la única forma de verdaderamente sentir completa paz.

Permítame rendirme en un eterno coma dónde dejen que mi cuerpo pierda forma, así entre la garganta quizás divisen las palabras que nunca pude vaciar.

Realicé un lavado estomacal, así sacaré por fin todas las malditas mariposas que quisieron volar.

No importa cuánto más siga clavando la mirada en esa puerta, quisiera verlo correr hasta la sala de espera, verlo gritar mi nombre frenético, ver el pavor consumiendo sus ojos; solo quizás así pueda sentir que los sentimientos no están matando lo poco de este débil cuerpo.

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