En esta fábrica de silencio
alguien tendrá que intuir a los mirlos.
Habrá que buscar memoria
en la ceniza difusa
y en las guitarras que emanan de la noche.
En mis cuadernos permanecen luces
y se acumula la voz rebosante de los sueños.
Elevo mis plegarias
sobre la niebla de estas cordilleras
para que las gaviotas
incineren el extravío.
Mi signo es un aleteo infinito
óxido para las tercas vallas
una playa impensable y mística.
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Autor:
Astronauta (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 28 de abril de 2025 a las 15:32
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, ElidethAbreu, EmilianoDR
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