CAPITALISMO PARA LOS POBRES, SOCIALISMO PARA LOS RICOS
En la ciudad de luces y esplendor, hay dos mundos que chocan sin pudor: el que suda en la fábrica al amanecer, y el que firma contratos sin padecer.
Al pobre le exigen esfuerzo y valor, que emprenda, que luche con sudor.
"El mercado es libre, hay competencia", pero si fracasa, no hay recompensa.
Al rico le tienden un mullido colchón, si se hunde su barco, hay salvación.
Préstamos, rescates, el Estado veloz, socialismo de oro para el que es veloz.
Las ganancias son suyas, bien guardadas, en paraísos fiscales, disimuladas.
Pero si hay crisis, pérdidas o dolor, las reparten al pueblo con rigor.
El obrero paga impuestos sin parar, mientras el magnate sabe evadir.
Leyes hechas a medida en el Congreso, un abrazo de hierro para el progreso.
Se quiebra el banco, joh, qué dolor!, pero con fondos públicos hay solución.
El pueblo asume las deudas sin fin, mientras aplauden en su jardín.
El político sonríe mientras firma el rescate, y el pueblo, que no lo entiende, ve su futuro naufragar.
Privatizan los triunfos, socializan el dolor.
Es un juego de tramposos donde pierde el trabajador.
¿Hasta cuándo esta farsa de mercados y traición?
La justicia clama en silencio bajo tanta explotación.
Que se alcen las voces unidas contra tanta desigualdad, por un mundo donde la vida no sea un negocio más.
El médico, el maestro, el panadero, luchan cada día contra el aguacero.
Si caen, no hay red que los sostenga, la ley del más fuerte siempre los ahoga.
Mas al magnate, con traje y corbata, nunca le falta una mano experta.
Subvenciones, bonos, favores de altura, socialismo oculto tras la fina estructura.
¿Dónde está la justicia, la igual promesa?
¿Por qué cuando el débil sufre, al fuerte se le besa?
La misma moneda tiene dos faz:
una de hierro y otra de paz.
Al pueblo le venden el sueño fugaz de que el triunfo es cuestión de capaz.
Pero el juego está trucado, el dado no gira, la ruleta es de ellos, la suerte mentira.
¡Despertemos! La lucha no es en vano, alcemos la voz con puño en la mano.
Que el capital no sea un dios severo, ni el socialismo un refugio de acero.
Exijamos reglas claras, sin doble rasero, que al rico no le cubra el dinero.
Y al que trabaja, honrado y sincero, no le roben su pan, ni su sueño entero.
Por un mundo donde el sudor vale oro, donde no haya explotador ni lloro.
Donde ganancias y pérdidas compartir, sea el lema que nos haga vivir.
—Luis Barreda/LAB
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Autor:
luis barreda (
Offline)
- Publicado: 28 de abril de 2025 a las 02:27
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 10
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, EmilianoDR, ElidethAbreu
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