Tormenta Interior

Me siento aquí en silencio, pensando a solas.
Solo en un océano de humanos,
Caminando descalzo por las arenas de la memoria.

Una infancia que, al parecer, nunca me dejó—
La carga de la experiencia está marcada en mi mente.
Una época de crecimiento y descubrimiento, me han dicho.

 La infancia ha sido un atardecer que nunca termina,
 Un truco impresionista de belleza,
 Un pasado profundamente triste de soledad.

Impide el amanecer de un nuevo día,
Quizás una nueva vida de alegría—
Un amigo solitario que halló refugio en mi vida.

Sin embargo, he forjado nuevos días,
Nucleado una vida perlada que parece lo bastante buena.
La vida es irónica, jugando su propio juego.

Cuestiona la fuerza del metal forjado—
Forjado por pensamientos de victoria,
De superar los obstáculos de la vida.

Mientras el reloj marca las horas del día,
Todo parece estar bien en mi vida de triunfos.
Contra todo pronóstico, luché para abrirme paso.

Y ahora, todo lo que he logrado—
Cuestionando la tierra plana del pensamiento,
Revisitando lo no resuelto.

Ahora navegó de nuevo hacia la tormenta,
Escuchando respuestas en el viento,
Pescando en mares tormentosos la causa del dolor.

Voces viajeras que perciben mi dolor
Me adornan con caminos hacia la liberación—
Caminos que no puedo ver, pues el ego nubla mi vista.

Sigue el camino del amor.
El amor curará todas las heridas, me han dicho.
Pero aún luchó contra la negación de la aceptación.

Quiero terminar esta guerra—
Acabar con la destrucción que conduce al olvido.
Temo estar perdido en el mar.

¿Me encontraré a mí mismo?