**~Novela Corta - Pensar para Amar~**

Gemel@

Novela Corta: Pensar para Amar 

Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez Sánchez

Seudónimo: EMYZAG

Comenzada: 21 - 25 de abril de 2025…

Publicada: 26 de abril de 2025…

Terminada: 25 de abril de 2025…

Editada: 26 de abril de 2025…

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7026 Palabras 10 Páginas

 

~ * ~Sinopsis:

~ * ~Cem es un hombre turco y ama a Damla. Cem no sabe cómo enfrentar al amor. Él, sólo, piensa y piensa cómo amar a Damla, y se quedó toda su vida pensando y pensando sin hacer nada, sin poder enamorar a Damla ni encontrar a su amor… 



Sucesos:

 

  1. Cem conoce a Damla en una playa…
  2. Cem, sólo, piensa cómo enamorar a Damla…
  3. Damla sin darse cuenta del amor de Cem piensa en Cem…
  4. Damla decide visitar la playa, otra vez, y se reencuentra con Cem…
  5. Cem, sólo, piensa en caer rendido ante los deseos de Damla…
  6. Damla decide ser feliz y va en busca de Cem…
  7. Cem piensa más de la cuenta en Damla…
  8. Damla no halla a ése hombre de nombre Cem para ser feliz…
  9. Cem va en busca de ése amor, pero, no lo halla sino que halla a otra mujer…
  10. Cem sigue persiguiendo sus deseos y piensa en Damla, pero, nunca más la encuentra… más que en un sueño…



Pensar para amar es enaltecer de bondad la riqueza humana de pensar, escoger y atraer el amor a tu vida. Pensar para amar es disolver el azúcar en el café. Pensar para amar es crear transparencia en un café lleno de lágrimas que deseando tomar se convierte el café en cristal donde el reflejo se mira y se observa. Pensar para amar es enaltecer la riqueza de entregar pensamientos, sentimientos y, más que eso, el amor en el corazón. Pensar para amar es poder creer en el alma y, más, en el corazón amando como nunca antes a nadie. El pensamiento es poder pensar en el alma, en el corazón, en la vida y, más, en el amor de ese ser a quién amas más. Cem es un hombre turco, fornido y corpulento que va en busca de hallar el verdadero amor en la playa más cercana a su residencia, sí, en la playa turca Cruz en el Desierto. Pensar para amar para Cem es lo primordial, lo más puro, lo más casto e impoluto de todo ser enamorado de la vida y, más, de una mujer. Él dice que entregar el pensamiento antes que el cuerpo es entregar pureza, y la riqueza de amar entero, es entregar el alma y sin el cuerpo pecador de pensamientos y con un sólo sentimiento, el coraje de tu propio corazón. Pensar para amar es saber de la vida, del amor, del corazón y saber entregar el alma a cuestas de la sola razón en el tiempo y, más, en el corazón limpio porque ni tus pensamientos te pueden engañar a tí, ni hacer traición, si tú mismo te conoces más que a nadie. La vida consiste en pensar para amar, y creer en el instinto sosegado en dar un amor en el solo corazón sin traición, sin pecar y sin tentación. Pensar para amar es hacer el amor en los pensamientos con quien realmente desea tu alma, tu corazón y nadie lo sabe ni le importa sino a tu mismo corazón sin pecados, sin tentación y sin traicionar a tu propio corazón. Cem va directo a la playa turca llamada Cruz en el Desierto y halla a nadie más que a una mujer soltera turca de nombre Damla. Damla con silueta juvenil y con traje de baño estampado de colores, va junto a tres amigas en dirección a la playa turca Cruz en el Desierto. Cem observa que ésa mujer es la que se ha enamorado de su corazón a primera vista y que va de rumbo a conocer directamente, a ésa mujer de nombre Damla. Cem piensa una vez más que ¨pensar para amar¨ es querer entregar todo el amor que tiene en el corazón. Cem piensa y piensa para amar, para dar de sí todo el amor que posee en el corazón. Cem mira y observa a ésa mujer de nombre Damla, pero, no, no, aún no la conoce. Él la mira y la observa desde cerca desde que el cielo irrumpe con el sol una caricia por broncear a su piel y, más, a su cuerpo lleno de todo un sol bondadoso y tan tierno. Pensar para amar para Cem es entregar la razón, la paz dentro del ocaso y dentro del venir lejos de la misma ambigüedad de seguir y pensar para amar. El pensamiento de Cem va más allá de la realidad y de la pureza ingrata de saber que pensar para amar es entregar la razón y el corazón perdido lleno de amor. Cem se divierte en la playa y ni, aún, se acerca a conocer a la chica de nombre Damla. Damla sin percatarse que un chico la mira insistentemente en la playa Cruz en el Desierto, una playa turca. Cem mira caballerosamente a Damla, pero, Damla no lo mira con buenos ojos. Cem un hombre fornido y corpulento, va a la playa en busca de calor, pero, sólo encuentra el verdadero amor. Cem quiere conocer a Damla, pero, las olas no lo permiten si hay una fuerte corriente de mar abierto. Damla cae en los brazos de Cem. Cem abre los brazos y Damla cae como ola de una espuma entre sus fuertes brazos. Damla llega sana y salva a la orilla en la playa turca Cruz en el Desierto. Cem y Damla se conocen y entablan una bonita relación y comunicación directa forjando el solo amor. En la playa Cruz en el Desierto se siente como sobrepasar la frontera, la muralla o el muro desatando la vida y el fuego devorador hasta lograr llegar a enfrentar el amor en el corazón, pero, en el corazón de Cem, sólo, existe una sola razón en el corazón y es pensar para amar se dice Cem en sus propios pensamientos.

Cem y Damla se conocen en la playa Cruz en el Desierto. Damla se despide de Cem en la playa no sin antes dar un beso de despedida forjando la pasión y el verdadero amor entre ellos dos. Cem y Damla se entregan en cuerpo y alma, sólo, con amor a primera vista. Cem queda pensativo, porque pensar para amar es entregar el amor en el corazón si se dice Cem en su propio pensar. Cem queda complacido por haber conocido a Damla en la playa Cruz en el Desierto. Todo porque, sólo, pensar para amar es entregar el amor en el corazón y, así, que era tan cierto como certera la frase. Cem va de camino hacia su hogar y piensa en Damla, sin haber sentido ni tan siquiera sospechar que el deleite del amor quedó como el zángano amor entre ambos. Pensar para amar es dar todo el amor que tienes y que posees dentro del alma y, más, en el corazón amando como nunca antes y sin apenas sospechar que el amor se va por donde se va el odio cuando, sólo, llega el amor. Cem llega y logra saber una cosa en su vida que sus pensamientos son sólo de él y de nadie más porque son tan verdaderos como reales e impolutos como su propio corazón. Cem de rumbo a su hogar busca detener a su solo corazón porque está a mil latidos de sentir el verdadero amor en el corazón. Pensar para amar es sólo el principio de entregar el alma, el amor y, más, el corazón en cada suburbio del corazón. Cem logra pensar solamente en Damla, la joven que conoció en la playa turca llamada Cruz en el Desierto, cuando, de repente, siente que su corazón se ha enamorado, ha petrificado y concedido todo el amor en el corazón. La vida de Cem es vivir completamente del pensamiento revestido de amor, de calor, de vehemencia y de pasión contundentemente enamorado del verdadero amor. Cem camina senda abajo, sólo, pensando en Damla, la cual, es la mujer que conoció en la playa Cruz en el Desierto. Los pensamientos de Cem van más allá de la realidad, de la verdad y de la certeza de vivir cuando el tiempo no caduca en sus pensamientos tan claros como aquella ola del mar que atrapa a Damla entre sus brazos. La vida forja un sólo pensamiento y es el pensar de Cem, solamente, en ésa mujer que conoció de nombre Damla y que comienza a florecer en sus pensamientos un sólo amor devastado por la pasión inerte, profunda porque vive, sólo, en sus propios pensamientos. Cem forja un nuevo destino, una nueva forma y un nuevo camino y es, sólo, pensar, pensar y pensar para amar para entonces demostrar todo el amor que se tiene en el corazón y, más, en los pensamientos puros e impolutos porque, sólo, él piensa sin traición. Cem disfruta de pensar y pensar para amar porque, sólo, piensa en ésa mujer que acaba de conocer en la playa turca Cruz en el Desierto. La playa es magistral, de belleza natural y es un lugar turístico para bañistas, muy exótica y liberal. Cem se atreve a pensar y a imaginar. Cem se atreve a pensar, pensar y pensar para amar a la mujer de sus sueños cuando se interpone la pasión, la vehemencia y el calor humano entre pensamiento, obra, palabra y actos indelebles, pero, sus pensamientos eran sanos, puros e impolutos con el amor sintiendo que la suave brisa toca poco a poco a sus propios pensamientos y esa brisa era el perfume de la piel de Damla. La turca Damla no sabe ni tan siquiera qué piensa e imagina que su rumbo cambiaría y todo por el verdadero amor que siente por Cem. Cem, el hombre fornido y corpulento va de rumbo hacia su hogar y, no sabe otra cosa más, que pensar en Damla. Por otro lado, Damla, también piensa en ése hombre que acaba de conocer y que cayó temerosa a morir entre el calor de sus brazos por una ola y una corriente marina. La vida intensifica más el poder, el amor que el deseo y la pasión. 

Damla, una mujer turca juvenil piensa, sólo, en Cem. La muchacha que es tan vivaracha, tan rumbera y simpática, sólo, suele pernoctar en discotecas, asistir y acudir a la playa. Damla en una noche siniestra va a su habitación y, sólo, piensa en Cem. Cem es un muchacho fornido y corpulento que Damla conoció en la playa Cruz en el Desierto. Damla, en esa noche impetuosa de clara luna y luz de nácar, sobrepasa límites en pensar e imaginar en ése hombre llamado Cem. La muchacha vivaracha imagina a Cem completamente desnudo y postrado en su lecho de habitación de color oscuro. Damla, en toda la noche, se debate en un sólo pensamiento y es pensar únicamente en ése hombre de nombre Cem. La vida atormenta para Damla cuando el tormento se aferra fríamente a su piel, a su mundo y, más, a su bendito porvenir que será o no será rico en proezas, rico en virtud, rico en prosperidad o rico en el amor. Damla piensa y piensa para amar porque la juventud se les está yendo de las manos mortíferas, penosas de soledad, infructuosas y llenas de desolación. La vida para Damla es pensar, pensar y pensar para amar al igual que lo que le ocurre a Cem. Cem se enfrasca en querer solventar su imaginación y sus pensamientos en la mujer llamada Damla. Cem desea amar a Damla, pero, en realidad que no conoce bien de ella, no sabe dónde hallar a ésa mujer y no sabe cómo seguir su rumbo después de haber conocido entre una ola del mar, una marejada o una mala corriente que fue de buena suerte por conocer al verdadero amor de su vida. Damla quedó sorpresivamente imaginativa imaginando y pensando por pensar y pensar para amar a ése hombre que encontró en la playa. Damla se sorprende sorpresivamente cuando imagina a ése hombre en su lecho de habitación desnudo, hambriento con un apetito y sediento de amor hacia Damla. La vida de Damla quedó ignorantemente abatida, adolorida y tristemente sin el pensamiento correcto, verdadero y eficaz porque, sólo, eran sus pensamientos vagos los que eran mentira por querer encontrar, pensar, pensar y pensar para amar a ése hombre en el lecho llamado Cem. Damla, sólo, se aferra al frío desconcierto que le otorga su piel cuando en el afán de dar lo que da, sí, sólo, su pensar y pensar para amar a Cem en su lecho y en su habitación oscura. Damla, sólo, imagina lo que se puede imaginar a un hombre desnudo en su lecho y eran sus solos pensamientos cuando, de repente, mira a la clara luna y con luz de nácar sobre el brillo de su ventana. Damla se asoma por la ventana y oye una serenata en la casa contigua. No era Cem sino un novio para su vecina, una de sus tres amigas con que ella suele salir a la playa Cruz en el Desierto. Damla quiso ser ésa, pero, no, no era ésa que en el anochecer recibía una serenata por parte de su novio. Damla se recuesta en su colchón de algodón, uno viejo y casi en trizas, pero, muy cómodo. Damla se imagina que la vida queda, sólo, pensativa, imaginativa o inventiva como una azúcar disuelta en el café, y que, así, era el solo pensamiento por pensar y pensar para amar, se disuelve la vida y, más, en refrescar la carencia, el pecado, el frío pensar y, más, que todo eso el amor en el mismo corazón. La vida para Damla fue tentar la suerte, el pecado y, más, que eso la fría tentación en querer demostrar que se puede amar con tan sólo el pensamiento. Damla se ve fríamente abatida, pensativa, imaginativa e inventiva con el nuevo amor que acaba de conocer. Damla se siente tristemente porque no sabe cómo volver a ese amor que acaba de conocer en la playa turca Cruz en el Desierto. Cruz en el Desierto, la playa turca quedó abarrotada, alterada y muy concurrida después del día siguiente de esa linda serenata. Damla quiere volver a esa playa.

Damla se aferra al deseo de querer regresar a la playa turca Cruz en el Desierto. Damla, sólo, piensa y piensa porque es todo pensar para amar. Damla se atreve a imaginar, a inventar y a pensar, sólo, en el amor de Cem, pero, ¿la vida es tan fuerte para separar el amor?, se pregunta Damla. La fuerza por pensar en Cem le devuelve el alma y hasta los latidos del corazón, cuando de repente, Damla quiere regresar a esa playa para saber, sólo, una cosa, que si el amor es real. Damla, sólo, desea regresar a la playa para saber de una sola cosa y es que si Cem, también regresa al mismo lugar para reencontrarse ambos. Damla desea regresar a la playa para volver a ver con sus ojos de ilusión a Cem. Cem desea regresar a la playa Cruz en el Desierto porque tiene esa espinita en el corazón por querer volver a reencontrarse con Damla. Cem no regresa a la playa para ver si se reencuentra con Damla, no entiende, no piensa, pero, sólo, pensar es pensar para amar. Damla, sólo, quiso ser como el aire o como el viento que sopla en la playa deseando regresar a olfatear la arena, sí, la arena que cubre el terreno a la orilla del mar. Damla cubre la arena con su silueta y su cuerpo, sí, sobre la arena vestida con su traje de baño color estampado. Damla cree que algún día volverá a ver a Cem, cuando en el altercado frío ella regresa a la playa Cruz en el Desierto a volver a reencontrarse con Cem, pero, Cem sin andar en la playa como hombre fornido y corpulento sino ha regresado más a la playa a reencontrarse con Damla. Damla quedó como el altercado friolero en querer sobrevivir en el amor, en pensar y pensar para amar, y salir airosa de la vida misma, con la forma y manera en caer sobre el silencio autónomo en dar un silbido de esos que hacen ruido para mantenerse en alerta. Damla quedó como el abismo frío y tan friolero como la vida misma cuando en el frío en la piel se detiene el sabor de la sal del mar, cuando en el precipicio profundo se siente como en la sola soledad. Damla, sólo, quiere ver a Cem como el hombre más amoroso y, más, real que ninguno otro, pero, él no está en la playa. Damla sin fingir el amor ni la percepción del amor, queda adherida, adolorida e insípida al verdadero amor que se fue y que quizás no volverá jamás. La vida para Dalma quiso ser como el ave poder volar lejos, pero, las alas quedaron empapadas por un solo dolor. Damla quedó fulgurante enamorada de Cem y él quedó dominantemente apasionado por Damla. Damla visita, otra vez, la playa Cruz en el Desierto y se reencuentra con Cem. La historia entre ambos renació, retomó una nueva aventura y quedó retratada la vida en un compás de tiempo y espacio. Los dos enamorados reencontrados en la playa Cruz en el Desierto intensifican más el amor, la pasión y la vehemencia, la virtud, la cadencia y el amor en el corazón. La vida de éstos dos jóvenes piensa que el amor es por sortilegio y por amor a primera vista. Los dos jóvenes se reencuentran en la playa Cruz en el Desierto cuando se dibujó un corazón de nubes en el cielo porque se aman verdaderamente con el amor sincero e impoluto y sin impurezas. La vida de éstos dos jóvenes se enternece, se siente, se percibe que es un amor como ninguno otro desde que se aman a primera vista porque con el amor y la pasión nadie puede contra ellos. La vida, sin calmar redención, quiere amar, sostener, sentir el frío calor que viene del sol y del viento, dos fuerzas a la misma vez que, comienzan a despilfarrar pasión, ternura, ilusión y sin amarga sensación se cuece el amor de pasión, de virtud, de vehemencia y de un calor como el mismo sol. Cem y Damla se aman, unen sus bocas en señal del amor sellando la pasión con un solo beso entre los labios. Cem piensa y piensa para amar, pero, queda atormentado con la idea que todo es imposible.

Los deseos de Damla es huir con el amor, pero, es imposible en un pueblo donde todo mundo se conoce, aunque, es grande en extensión no tiene a dónde marcharse. La vida atormenta, delibera y es tan funesta que queda todo como un mismo dolor de cabeza. La vida para éstos dos jóvenes se enternece de espanto, de ideología, de amor inconcluso y de una pasión sin medida. La vida atormenta, es triste, abatida y muy indecorosa buscando que el amor quede y salga a flote de un mar perdido, con corriente y marejada siempre cayendo Damla en los brazos de aquél hombre fornido y corpulento llamado Cem. Los deseos de Damla es poder escapar y huir lejos de la pura realidad cuando con afán se atormenta  la sola idea de poder ser completamente la mujer de los sueños de Cem para poder con ilusión huir lejos junto a Cem, pero, la vida entristece, es aciaga y funesta cayendo en un débil y triste camino. Damla se aterra y se aferra al único amor que acaba de conocer en Cem. Cem, sólo, desea caer rendido ante los deseos de ésa mujer de nombre Damla cuando se atormenta y hiere en el corazón con el dolor fugaz de un atormentado y decepcionado corazón. Cem, sólo, desea ser el hombre perfecto para Damla, pero, la vida desune amor, pasión y vehemencia cuando el alma y el corazón se unen para amar. Cem, sólo, desea caer rendido ante los brazos de Damla, pero, la vida intercede, se interpone y se entrelaza por descubrir que el amor, la pasión y la vehemencia son el único amor que se tiene la pareja. Cem piensa y piensa para amar en ese momento que Damla está en sus brazos, en la playa Cruz en el Desierto amando como nunca, pero, él piensa y piensa para amar y para saber que caer rendido entre los brazos de Damla queda el amor entre suspiros porque, aún, no se da la idea en poder permanecer juntos. Los deseos de Damla es poder huir o escapar de la sola realidad que Cem no puede ser el amor de Damla. Cem puede amar a Damla. Damla ama a Cem, pero, ocurre algo porque pensar y pensar para amar es entregar la razón en frío desconcierto para saber que el amor es impetuoso, fabuloso, y extrañamente como el frío, y no como el calor que se espera por el amor vehemente, sino que es un álgido viento y en el corazón un frío penetrante porque pensar y pensar es para amar. Los deseos de Damla, una mujer turca que halla el hombre de su vida en la playa Cruz en el Desierto, no se detienen jamás sino que perpetra lo más inconveniente de todas las formas y modos. La manera de creer en el instante de que los deseos de Damla son inciertos como una Cruz en el Desierto, pero, muy verdaderos cuando el amor se hizo y que el dolor se ha marchado lejos. La vida de Damla y los deseos de ella, se convierten en caer rendidos ante el propio amor en el corazón de Cem. Cem cae rendido ante los deseos de Damla cuando se converge una sola idea en poder escapar, huir de la poca realidad y verdad que les hace ver a ambos el cielo inalcanzable e irreal. Si los deseos de Damla se convierten en un frío y gélido viento, si no se sabe que el instante es morosidad, es intercambio, es pasajero como el alma sin luz o como el corazón sin latidos. Los deseos de Damla van y vienen desde lo más alto de creer en el combate de una sola señal que en el juego del amor se debate en una sola verdad y es que el instante no se detiene en el frío o álgido viento de saber que roza el viento en cada parte de la piel. Damla cree que el amor, la pasión y la vehemencia no caducan cuando el amor está y vive en el mismo corazón. Los deseos de Damla son detenidos por el tiempo y, más, por el ocaso inerte que sobrepasa en el cielo cuando en el trance directo se convierte en razón y en pasión con el amor en el corazón entre ambos.

Damla quedó destrozada de sentimientos, de pasión sin medida, y con el corazón en pedazos. Damla quiso ser feliz con el alma, el corazón y la pasión sin extrañar la fuerza en el camino sin destino. Damla quiso ser feliz de todas formas y maneras, pero, el alma y el corazón se fueron de huida por escapar de la realidad porque su alma y su corazón se quedaron con el amor de Cem. Damla quiso ser feliz, pero, el alma y, más, el corazón se entrelazan y se cruzan para dar paso a una huida o un escape con Cem. Damla creó una sonrisa y una felicidad en su propio camino después de haber entregado alma y corazón hacia el verdadero amor. Damla quedó como el reflejo o como el espejo sobre su mesa de noche cuando el alma y, más, el coraje en el corazón se entristeció de tanto y, por tanto, por no poder huir ni escapar de las garras del amor y poder huir para escapar con el verdadero amor que es Cem. Damla quedó abarrotada de espantos cuando el alma y, más, el corazón quedó como el alma y el corazón de Cem amando con el alma y el corazón, la pasión y la vehemencia. Damla quedó como el aire socavando o como el viento en cada pedazo de la piel, en cada rincón del cuerpo y en cada pedazo del corazón. Damla quiso ser feliz, pero, en el tiempo y, más, en el ocaso limpio e impoluto de cada recelo de la vida se acercó a la idea de entrever que el deseo converge en la única verdad y que el instinto socavó dentro del alma y del solo corazón. La vida para Damla fue querer ser feliz y lo trató, pero, aunque, no lo pudo lograr y todo porque pensar y pensar para amar es quedar como el eterno recuerdo en tratar de recordar que el amor es como el pasaje de ida y sin poder olvidar la vida, el amor ni el corazón de Cem. Damla quiso ser feliz, pero, el rumbo y la dirección han cambiado de destino sucumbiendo en un trance imperfecto al pasar por la playa Cruz en el Desierto y sin hallar a Cem, el cual, es su verdadero amor. Cem no se halla en la playa sino que está en su hogar porque pensar, pensar y pensar para amar es como construir un recuerdo y ser feliz. La vida para Damla fue y quedó sin hallar a su verdadero amor en la playa Cruz en el Desierto. La vida para Damla fue superficial y artificial cuando en el alma y, más, en su pobre corazón existe el amor. Ella dice que la vida es tan real como dejar lo artificial de la vida por una historia de amor. La vida para Damla fue como recibir amor, dar amor y ofrecer amor, pero, la vida concuerda que la vida, el amor y el corazón están unidos a la pasión, al destino y a la vehemencia. Damla quiso ser feliz, pero, sin hallar el verdadero amor quedó Damla como una flor feraz, sin pétalo, sin aroma marchita y muy deshojada. La vida de Damla quedó petrificada a la vida, al amor, a la felicidad y al recuerdo vivido en esa playa turca Cruz en el Desierto cuando conoció a Cem. Damla quiso ser feliz, pero, el destino, el rumbo y la dirección tomaron otro camino. Damla quiso ser feliz, pero, la vida, el tiempo y el amor no concuerdan en tiempo y espacio en un solo vacío en el corazón de Damla por no hallar en la playa Cruz en el Desierto a Cem. La vida comenzó a despilfarrar deseo, vehemencia, calor y pasión, pero, todo tan vacío y sin sentido que, sólo, quiso sentir en lo prohibido y en lo inhibido de un tormento previo al amor y después el puro desamor. La vida para Damla fue querer ser feliz, pero, el camino y el destino se aferran a dejar en soledad a su solo corazón dejando el calor y la vehemencia en un total frío y de álgido dolor. Damla quiso ser feliz, pero, sin poder hallar a su verdadero amor Cem. Cem ,en su hogar, piensa, piensa y piensa poder amar, pero, la vida entorpece, interpreta, intercede e intercepta que el amor es puro dolor. El dolor se aferra a la idea mágica de vivir con amor.

Pensar, pensar y pensar para amar es lo que le sucede a Cem, un hombre fornido y corpulento, el cual, se aferra y se aterra en haber conocido a una mujer como Damla y que desea amar y proteger contra el mal, pero, la vida, el tiempo y el amor se aferran a ser feliz y con la felicidad que tiene en el corazón. Cem piensa, piensa y piensa para amar, pero, todo es inconveniente, insospechado, inconsecuente y muy inestable. La vida para Damla es poder ser feliz al lado del hombre que encontró en la playa turca Cruz en el Desierto. Cem piensa demasiado en Damla y, sólo, desea poder ser feliz, pero, la vida converge, cruza estándares nuevos y el vicio del amor se convierte en hábito y se convierte en hábil deseo de amar y de solventar que el amor entre Damla y Cem pueda ser algún día existente. Cem atraviesa el peor de los calvarios cuando pensar y pensar para amar es entregar el corazón, pero, aunque, no quiere entregarse completo, sólo, desea amar a Damla y ¿cómo lo puede conseguir?, y es encontrar a Damla en la playa turca Cruz en el Desierto. La vida para Cem se convierte en poder amar, pero, pensar y pensar para amar es entregar el corazón y, eso, no lo desea Cem sino que ya entregó lo más preciado en su vida su puro e impoluto pensamiento, el pensamiento que es real sin ser traicionado ni con felonía ni con tentación ni pecar en el pensamiento sino que es un pensamiento puro y verdadero porque pensar y pensar para amar es para amar. Cem piensa y piensa porque pensar para amar es entregar el corazón, pero, él no entregó el corazón sino que entregó sus pensamientos, su deseo y su comprensión e impoluto proceder en su solo pensamiento. Cem se entregó en cuerpo y alma en pensar, pensar y pensar para amar y saber que el destino funge como enlazar  químicamente entre dos químicos, saber que el amor y el corazón se llevan muy bien y que aman como es pensar y pensar para amar. Cem por saber que el destino irrumpe en un sólo desafío se convierte todo el amor y el corazón en un sólo pensamiento que es pensar y pensar para amar y entregar el corazón, pero, eso, nunca lo pudo saber Cem que en vez de entregar el corazón, entregó el pensamiento desnudo, claro e impoluto y sin felonía alguna. La vida para Cem fue llegar a pensar y pensar para amar y saber que en el corazón, sólo, existe amor y que en sus pensamientos, sólo, existe Damla. Cem se convierte en un hombre voraz, intrépido y muy elocuente cuando por pensar y pensar para amar, sólo, piensa en Damla. La vida es autómata, real, transigente y muy verdadera, pero, en su solo pensamiento existe Damla y en su corazón puede existir cualquiera porque su pensamiento no lo traiciona, pero, el corazón puede que sí. La vida para Cem es pensar y pensar para amar a Damla con la misma pasión, esencia, coraje, virtud e insistencia porque para Cem no existe más nadie que Damla. El hombre fornido y corpulento de nombre Cem quedó en una barbarie de locura entre pensamiento y corazón, pero, sólo, el pensamiento quiso ser más fuerte que el amor porque sus pensamientos no lo traicionan y el corazón puede que sí. El amor para Cem quedó adolorido, infructuoso, decaído, inestable e insípido porque el destino quiso pensar y pensar para amar, pero, el corazón quiso amar y amar para entregar el corazón. La vida para Cem quedó oculta, intransigente, escondida y herida y sin un Dios que lo escuchara, pero, solamente sus pensamientos le fueron fiel, impolutos, puros y leales cuando nadie se interpone o entorpece en su solo pensamiento. Cem y su único amor, Damla, eran tan reales como esos pensamientos porque siempre tenían presente el amor de los dos. Cem sólo, piensa, piensa y piensa para amar y entregar el amor, pero, en su solo pensamiento.

Damla recorre de punta a punta, de esquina a esquina con su traje de baño estampado a la playa turca Cruz en el Desierto y sin hallar lo que quiere hallar se halla Damla sin Cem. La vida para Damla fue tormentosa, adolorida, impetuosa y malherida cuando no halla lo que quiere hallar, a Cem en la playa turca. La playa se encuentra desolada, impetuosa, bravía, con vientos sostenibles y ráfagas de viento, la cual, no se puede hacer uso de la playa. Mientras, Damla recorre de punta a punta y de esquina a esquina en la arena para hallar a ése hombre fornido y corpulento de nombre Cem, pero, Cem no aparece ni se reencuentra nuevamente con Damla. Damla desea ser feliz, su deseo es cumplir cabalmente como huir y escapar con el verdadero amor, pero, algo la detiene y es su pensamiento porque pensar y pensar para amar es entregar el corazón. Damla siente en su pensamiento la fuerza, la esperanza, la lanza que la lleva como flecha de cupido hacia los brazos fornidos y corpulentos de Cem. La vida recorre un sabor amargo y es que la unión entre dos enamorados es infructuosa, fría y tan gélida como aquel viento sosegado y bravío que existía en la playa turca Cruz en el Desierto. Damla cree que su amor se ha olvidado de ella y que el amor ha quedado en total olvido, pero, sin saber Damla de los puros pensamientos de Cem. Damla piensa que Cem se ha olvidado de ella, de su amor, de su corazón y de la playa turca Cruz en el Desierto. La vida de Cem comienza a departir pensamientos puros, impolutos, fuertes y reales socavando siempre en un fin común que es pensar y pensar para amar. Ambos jóvenes, tanto Cem y Damla, afloran libertad, pasión, vehemencia y calor humano para solapar la vida en un trajín diario. La vida para Damla fue enaltecer la vida, el amor y el corazón en un suburbio autónomo de creer que la vida comienza de cero y, sí, que es así cuando el amor, sólo, se halla en sus propios pensamientos. Damla piensa y piensa en la playa turca Cruz en el Desierto para encontrar al verdadero amor que conlleva un dulce, fiel, leal y productivo pensamiento porque fue pensar y pensar para amar cuando el amor ha convidado la esencia, la forma, la manera y lo atrayente de entregar el amor en el corazón, pero, más fue el poder del solo pensamiento. Cem y Damla se aman apasionadamente, pero, el amor recorre de punta a punta y de esquina a esquina para encontrar el verdadero amor. Cem intercede, intercepta, interpreta e inconscientemente que el amor yace en el solo pensamiento y, así, es que el pensamiento es más fiel que el propio corazón porque en el pensamiento no existe nadie más que él, pero, en el corazón puede existir cualquier amor. Damla recorre de punta a punta y de esquina a esquina la fuerza, la esperanza, lo que lanza la única verdad que Cem no se halla en la playa turca Cruz en el Desierto. Damla cree que Cem se ha marchado lejos y que la ha dejado sola, abatida, herida y sin Dios. Él sólo piensa y piensa porque pensar para amar es entregar el pensamiento. Damla cree que el silencio es autónomo y que el viento le susurra el amor cálido, friolero, pero, muy decido y petrificado entre su piel y su oír. El sentido de Damla se aferra al frío desconcierto en creer que el mundo no cambia, no transige, no halla al único y verdadero amor llamado Cem. Damla se aferra y se aterra al desafío inconcluso en querer amar y desamar a la misma vez y todo porque Damla está sin hallar el verdadero amor de Cem en la playa turca Cruz en el Desierto. Damla va de esquina a esquina en esa playa turca en busca de Cem. Cem en su hogar, sólo, quiere pensar y pensar para amar y, sólo, se entregó al amor en el mismo coraje del corazón pero, sus solos pensamientos invadieron a su alma, a su corazón y, más, a su razón. 

Cem va en busca del verdadero amor y sin lograr llevar ni esquivar a sus propios pensamientos va en busca de Damla en la playa turca Cruz en el Desierto. La playa está sosegada, impaciente de amor y tranquila esperando porque llegue el verdadero amor que es como un vaticinio o una premonición dada, clara y contundente. Cem llevó consigo a su corazón entre las manos, al coraje en buscar la ilusión, el amor y sus propios fieles, leales e impolutos lindos pensamientos. Cem va en busca del verdadero amor y de la gran pasión clara y contundente, sí, en la playa turca Cruz en el Desierto para saber que sí se puede amar, pero, lo pensó, lo pensó tanto y tanto porque pensar para amar es entregar el solo pensamiento, pero, en verdad que fue demasiado tarde para buscar el verdadero amor. Sí, a Damla. Cem está muy contento y muy vivaracho con el vaivén como esas olas en la playa turca Cruz en el Desierto. Cem va en busca de su verdadero amor, pero, ya, es tarde, es demasiado tarde, sí, para hallar a Damla, la mujer de su vida la que le hizo pensar y pensar para amar y entregó sus solos pensamientos fieles, leales, verdaderos, sin felonía y sin traición en su propia mente, sólo, pensando en el solo amor de Damla. Cem sin lograr derribar a su amor ni sus solos pensamientos se llevó una gran y única sorpresa que Damla no se halla en la playa turca Cruz en el Desierto sino en sus solos pensamientos. Él pensó y pensó, y todo porque pensar y pensar para amar es entregar el solo pensamiento. Cem va en busca de su verdadero amor llamada y de nombre Damla, pero, sólo, ve arena, playa, sol y unas olas fuertes a la orilla de la playa turca Cruz en el Desierto. La vida de Cem quedó abatida, adolorida y sin amor alguno cuando en el afán de entregar razón y pensamiento, sólo, entregó su corazón con el amor hacia Damla y no entregó pensamiento sino que la razón fue más fuerte en el afán de dar una sola señal porque fue en amar con todo el amor y, más, con el solo corazón. Cem va en busca de su verdadero amor, pero, lo que halla no es precisamente a Damla, sino a otra mujer con el mismo traje de baño estampado de Damla. Cem confunde a Damla con ésa nueva mujer en la playa turca Cruz en el Desierto, pero, el amor y sus solos pensamientos van más allá de la razón y de pensar porque pensar y pensar para amar es entregar el solo pensamiento desde el mismo corazón. Cem va en busca de ese verdadero amor llamado Damla, pero, sólo, halla lo que nunca a una sola mujer con el mismo traje de baño estampado de Damla. Cem le pregunta a la mujer y la mujer sin saber ni sospechar que la quiere conocer a ella entablan una conversación o un diálogo fuerte, lleno de sexo, de calor y de vehemencia carnal cuando se dio de cuenta que el verdadero amor de Damla lo perdió y para siempre. Cem va en busca de su verdadero amor y se da cuenta que el verdadero amor de Damla fue único y que su mundo, sólo, fue un horizonte perdido entre aquella playa turca llamada Cruz en el Desierto. Cem va en busca de su verdadero amor, pero, sin lograr hallar a Damla, sólo, tiene a Damla en el pensamiento, en pensar y pensar porque pensar y pensar para amar es entregar el solo pensamiento. Cem va en busca de su verdadero amor, pero, sólo, halla la forma y manera de entregar su propio pensamiento cuando ocurre lo que discurre y transcurre en el tiempo un solo amor a lo lejos, cuando Damla se fue de la playa turca Cruz en el Desierto. Cem se fue lejos de la realidad cuando uan construcción ocupó parte de la playa turca Cruz en el Desierto y no logró hallar jamás al amor de su vida cuando quedó abandonado, herido y adolorido e insípido en el afán de enamorar a una mujer turca como Damla. 

Cem persigue sus sueños, aunque sean más efímeros que su propio infierno o sus propios pensamientos. Cem ve y siente que su mundo es inalterado, inestable y sin más amor que el propio amor en sus solos pensamientos. Cem persigue a sus propios sueños en amar y hallar al verdadero amor de su propio instinto cuando Cem persigue a sus más terribles deseos y sueños en querer amar a ésa mujer de nombre Damla. Cem persigue a sus más indelebles sueños y a sus más inmensos deseos de creer que su verdadero amor lo es todo cuando en el alma y, más, en el corazón se debate en un altercado friolero y friolento de creer que el solo pensamiento van más allá de, sólo, pensar, porque pensar y pensar para amar es entregar el solo pensamiento más real, vivo, leal y tan fiel sin ser traicionero ni ser felonía dentro de él mismo. Cem concluyó que jamás encontrará a una mujer como Damla, cuando en el alma y en el corazón se debate una ira sorpresiva de que el alma y el solo corazón se desvisten de espera, ansiedad, fuerza y esperanza que la que lanza el último pensamiento, cuando el pensamiento es el único fiel, leal y verdadero y sin ser traicionero ni infiel ni desleal ni con felonía. Cem pudo saber, sólo, una cosa y es que el verdadero amor comienza a construir un sólo deseo y un sólo comienzo en cero cuando, sólo, Cem persigue el sueño y el deseo de enamorar a su gran y solitario amor a Damla. Cem persigue sus sueños y sus más grandes deseos de hallar al verdadero amor en Damla. Damla se fue para siempre, pero, Cem, no supo ni tan siquiera sospecha que, tenía a Damla en sus pensamientos porque él pensó y pensó en Damla, porque pensar y pensar para amar es entregar el solo pensamiento en el mismo corazón. Cem pide ayuda, pero, él no está pidiendo auxilio porque está en una mala encrucijada sino que pide ayuda del cielo, ayuda celestial y de un Dios que se ha marchado lejos sin dejar saber que su verdadero amor Damla se fue y para siempre. Cem persigue sus deseos y sus sueños de hallar a Damla en la playa turca Cruz en el Desierto, pero, aunque, no sabe que Damla está en sus pensamientos y no en su solo corazón amando como nunca. Cem, sólo, quiso ser como el instante o como el sueño perseguido entre sus más cálidos deseos cuando el alma y su solo corazón irrumpen en un sólo sueño y es encontrar a Damla en la playa turca Cruz en el Desierto. Cem duerme un sueño en su hogar pensando porque pensar y pensar para amar es entregar el solo pensamiento y no el corazón para amar. Cem es pensar y pensar para amar porque el solo pensamiento es real, leal y muy fiel sin ser traicionero y sin felonía alguna. Cem duerme un sueño y halla a su verdadero amor. Sí, a Damla y llegó a ser feliz porque tiene a Damla en su solo pensamiento y fue tan fiel, leal, real sin traición ni felonía. Cem piensa, piensa y todo porque pensar para amar es sentir el amor en el pensamiento y no en el solo corazón cuando, de repente, mira y observa a Damla. Damla llega a la playa turca Cruz en el Desierto. Cem despertó y supo algo que fue sólo pensar en Damla porque pensar y pensar para amar es entregar el solo pensamiento.    




FIN                                                                                             

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