La dama de la posada

Adoradom



En una posada,

Un joven montaraz,

Sentado estaba,

Con un vino,

Y un trozo de carne asada,

Tranquilamente estaba,

Un asunto implica su ayuda,

Un caballero ebrio,

Se sobrepasa con una moza,

La cual no quiere nada con él,

Mientras todos se ríen,

 El caballero, de su mesa se levanta,

Dirigiéndose hacia donde la dama,

En apuros está,

Agarrándolo por la espalda,

El abusador,

Lanzado contra una pared va,

Hallándose el mismo,

Con su embriaguez,

Y una nariz rota,

Hacerle frente,

El individuo se larga,

Ya el caballero montaraz,

Dejo señal clara,

De que esta moza,

No se toca,

Todos la respetan,

Gracias a él,

Hacia su asiento va,

Y se sienta,

Continua con su vino,

Y la carne asada,

La dama se acerca,

Y las gracias el da,

Y se ofrece para lo falta de haga,

Tan solo pedirlo,

Lo agradece el caballero,

Pasada dos horas,

Y con un largo suspiro,

Se acomoda el caballero,

Relajándose,

Mira por la ventana,

Observando el mal tiempo,

Mientras la lluvia cae,

Mojando la calle,

Observa que la dama,

Con él se sienta,

Acompañándole un rato,

Comienzan a platicar,

Con las preguntas,

De donde era,

Como llego ahí,

Y cuanto tiempo lleva,

Ella igualmente pregunto,

Largas horas hablando estuvieron,

De todos los temas,

Rierón, hablarón,

E incluso al roce de manos paso,

No retirándose ninguno del roce,

Llego el momento de descansar,

La dama a su habitación le acompaño,

El en su habitación se quedó,

Y la dama a la suya fue,

Paso la noche.

El caballero muchas vueltas dío,

Por la mañana,

Levantándose,

La cara se lava,

Se peina y se asea,

Y al desayuno baja,

Allí estaba toda engalanada,

Y muy hermosa la dama,

Ofreciendo el desayuno,

Y pidiendo permiso,

Para con él sentarse,

Concedido se sentó.

Y en un momento de la charla,

Ella le propuso ir con él,

El caballero se lo pensó,

Y miro a su corazón,

Aceptando la proposición,

Comunicando que la respetará,

En todo momento,

Y si durante el trayecto,

Se enamoran,

A vivir con ella,

Si lo desea la dama, se haría,

El caballero, creía en el amor natural,

Fruto de conocerse,

Pero día y medio llevaban,

En todo compaginaban,

Tenía esperanza,

La dama, en breve,

Con su equipaje se personó,

El caballero la estancia paga,

Bien agradecido,

La dama se despide,

Recibiendo un dinero,

Y comida para el camino,

Se suben al carruaje,

Juntitos en el asiento,

A su brazo se abraza,

Y el caballero,

Le entra una sensación,

Que nunca tuvo,

Mariposas en el estómago,

Y a gusto encontrarse con la joven,

Sintiendo amor,

Cuando la dama,

Su cabeza apoyo en hombro,

Deseando besarla estaba,

Parecía que cupido,

Había hecho su trabajo,

Sin él enterarse,

Su corazón palpitaba,

Como nunca,

Abrazarla quería,

Pero, ¿Cómo respondería la dama?,

No se arriesgó,

Mas la respeto,

A gusto se sentía,

Como si de toda la vida,

La conociera,

Se sentía raro,

Ya que nunca se notó así,

Era la primera vez,

Tras el largo viaje,

A la casa del montaraz,

Llegarón,

No era un palacio,

Si no una cabaña enorme,

Al lado de un lago,

No tenía criados,

El mismo se ocupaba de todo,

Y ahora,

Al cuidado de ella,

También iba estar,

Con cariño y amor,

Si se producía,

No tardó mucho en sentirlo,

Al ayudar a bajar a la dama,

De la cintura la cogió,

Y al llegar al suelo,

Sus miradas fijas se quedaron,

Un largo beso, se dierón,

Muy apasionado,

El amor se hizo presente,

La cogió en brazos,

Su cabeza en su hombro,

Nuevamente la apoyo,

Mirándole sin cesar,

El felizmente,

La puerta,

Atravesó,

Y la acurruco,

En un hermoso sofá,

Mientras descargaba,

Y guardaba el carruaje,

Siendo sorprendido,

Por la dama,

Con una hermosa cena,

Que, en el centro de la mesa,

Una vela presidía,

La chimenea encendida estaba,

Ahora el caballero,

Completo su felicidad,

Ambos su vida empezó,

Ayudándose mutuamente,

Forjaron su relación,

Con dos lindos hijos,

Que disfrutaron con alegría,

Y a la posada,

Un día fueron,

Y allí celebraron,

Disfrutando con los hijos,

La unión creada de su familia,

En el lugar donde se conocieron.

El amor era permanente,

Y muy felices,

Vivieron.

Ver métrica de este poema
  • Autor: Adoradom (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 26 de abril de 2025 a las 12:04
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 6
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.