CUESTIÓN DE SESERA
Que el conocimiento adquirido en la vida
sea usado como virtud adquirida,
alardeando de escritura ampulosa
como si fuera herramienta poderosa,
que, sabiéndola usar, con diccionario,
se ufana cual profeta visionario,
y, con firuletes en sus escritos,
se parece o se cree un erudito;
y si su lengua usa mal, yo calculo,
será para que el escrito quede nulo.
*
Porque, sin ser maestro o profesor,
según se interprete, a justicia o error,
si está en el ánimo el "creerse buenos"
o ideal de sabio, "venido a menos",
aunque se use una lengua verborrágica,
que no lastime a una herida hemorrágica.
*
Y en tenor de poesía filosófica,
con su modestia falsa o verdadera,
la postura se torna catastrófica
en el idiota que envidia la sesera.
*
Si algún necio, de entendimiento obtuso,
critica las palabras que hemos dado,
recuerda que el juicio, torpe y confuso,
es eco de intelecto "limitado".
*
Ser poeta amasado en fina arcilla,
con sus versos que son excepcionales,
pronto serán víctimas de polilla,
de pocos lectores ocasionales...
*
Aunque arranques con arte, contenido,
estilo, métrica y rima perfectas;
con lógica certera y bien medido,
logrando una poesía selecta,
que la misma realidad desnuda,
más, su lectura, el interés eluda.
*
Eduardo Faucheux
25-04-2025
-
Autor:
Eduardo Faucheux (Seudónimo) (
Online)
- Publicado: 26 de abril de 2025 a las 00:00
- Comentario del autor sobre el poema: Este poema nace de una observación constante de la naturaleza humana y, en particular, de esa tendencia a adornar con palabras huecas lo que a menudo carece de profundidad real. Me ha movido la intención de explorar la diferencia entre el verdadero conocimiento, que se asienta en la reflexión y la experiencia, y la mera fachada de erudición, que busca impresionar a través de la grandilocuencia y la afectación. He querido señalar cómo el lenguaje puede ser tanto una herramienta poderosa de comunicación como un mero instrumento de vanidad. Aquellos que alardean de su "destreza" lingüística, a menudo sin un dominio real de su uso, me recuerdan a esos artilugios que brillan por fuera pero fallan en su función esencial. La crítica superficial, nacida de la envidia o la incomprensión, es un ruido de fondo inevitable en cualquier empresa creativa. Quise ofrecer una perspectiva que relativice su impacto, recordando que a menudo revela más sobre el crítico que sobre la obra criticada. A menudo, las críticas dicen más del que las emite que del que las recibe. Finalmente, la reflexión se vuelve hacia el propio acto de creación. Incluso aquellos que creen haber alcanzado cierta maestría deben recordar la naturaleza efímera del reconocimiento y la humildad que exige el arte verdadero. La vanidad, incluso en el poeta más talentoso, es tan fugaz como el tiempo y tan vulnerable como el papel a la polilla. Este poema es, en última instancia, una llamada a la autenticidad, a la modestia y a reconocer que el valor de la palabra reside en su capacidad de comunicar con claridad y verdad, más que en su ornamentación vacía.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 8
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