Medias Vidas

A MEDIAS VIDAS (IV)

-Amor de mi vida-

Pudimos serlo todo.

Pero nos quedamos

Jugando en la cornisa

mordiendo el vértigo

sin dejarnos caer

Nos buscamos a ciegas,

encajando mirandas

como máscaras en rostros ajenos,

para  abandonarnos

tras la caricia

para imaginar, quizás olvidarnos.

La esperanza nuestra

se nos escurrió como gatos

en techos de casas ajenas.

Las baterías se nos morían

en los relojes colgados

de habitaciones vacías.

Fuimos tanto y tan poco,

un solo diluvio de un invierno

nos labró la tierra verde,

hoy, ahí fluye nuestra sangre,

ese olvido que subestimamos

y aquellas queridas soledades.

Ahora te veo y me encuentro al espejo 

En un reflejo sincero

Que nos exprime apenas una sonrisa. 

-Y ahí vamos-

 a medio amores,

medio soñando

medio despiertos.

En un tiempo que se parte

como un reloj de arena,

que nos guarda entre el vacío

y esa erosión que nos arrastra.

Ahora quedamos dispersos

 como semillas al viento,

vos por allá,

plantando banderas en la guerra,

yo por acá,

regando fantasmas en la tierra.

Vos en el sur, yo en mi norte

medio llevándonos, a rastras,

medio perdiéndonos, a la suerte,

y medio quitándonos 

este amor a patadas.

Te dejo en pinceladas  entre cada verso

para que encuentres los trazos de tus manos,

en donde aun existes

tendida en algún pliegue del tiempo,

extendiéndote como la  raíz de un árbol

que se resiste y niega a morirse.

Y sabes que existimos

como números primos,

como versos huérfanos de un poema

navegando en otra hoja, en otro folio.

-Existimos-

Vos en mi lápiz, en mi hoja…

Vos en la palabra de mi boca,

en mi tinta que aguarda en medio 

de su tubo.

Yo en la palabra que duermes,

en el verso que no escribes.

-Amor de mi vida.-

Ahí vamos todavía,

danzando en la penumbra 

con cuerpos a medias

intentando recordarnos.