Novela Corta: La Carretera
Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez Sánchez
Seudónimo: EMYZAG
Comenzada: 13 - 15 (17-18) de abril de 2025…
Publicada: 18 de abril de 2025…
Terminada: 18 de abril de 2025…
Editada: 18 de abril de 2025…
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7022 Palabras 11 Páginas
~ * ~Sinopsis:
~ * ~Silvia es una chica nómada que vive de carretera en carretera hospedándose en moteles y divagando por la carretera del Boulevard 214 en El Paraíso…
Sucesos:
- ¿Qué es El Paraíso?...
- ¿Cómo logra Silvia llegar al Boulevard 214 en El Paraíso?...
- Silvia es nómada. ¿Qué es ser nómada?...
- ¿Cómo logra Silvia sobrevivir por ser nómada después del terremoto?...
- Silvia se enamora de un tal Pedro: un ser imaginario…
- ¿Qué hace Silvia por enamorarse de Pedro?...
- Pedro le indica el camino a seguir…
- Silvia encuentra un perro deambulando en la carretera, sí, en la Boulevard 214…
- Silvia halla lo que nunca un hogar sustituto, mientras, consigue trabajo…
- Silvia llega a ser feliz cuando encuentra un nuevo hogar y ya no es más nómada…pero, fue que se quemó con el fuego imaginado todo ésto…
El Paraíso es un pueblo lejano cerca de la carretera Boulevard 214. El pueblo remoto llamado El Paraíso es un pueblo rústico, lleno de adoquines y viejas casas creadas de madera del ébano. El Paraíso casi cae en cantos porque es tan rústico y tan obsoleto que casi cae encima de Silvia. Silvia es una chica nómada y que pernocta en El Paraíso y por encomiendas de la vida camina caminante por la carretera en el Boulevard 214. En la carretera Boulevard 214 existen hoteles y moteles, pero, lo que más le gusta a Silvia son los moteles que son más económicos para poder hospedarse. La chica nómada Silvia se siente distraída, incierta, insípida e inestable en su vida porque es nómada porque no tiene un lugar fijo dónde vivir. La vida de Silvia comenzó al ser huérfana de padres. Ella vivía en un lugar de niños adoptados, pero, nadie la adopta y quedó huérfana de vida, de razón, de sustento y de todo porque a los dieciocho años tuvo que salir del lugar donde se encontraba a trabajar. Silvia no consigue trabajo y, por ende, es una chica nómada que va vagando de lugar en lugar en la carretera Boulevard 214. La chica Silvia, nómada, por consiguiente, es una nómada evidentemente pobre que sólo vive de los mandados que le hace a la gente y tiene poco para poder vivir y sobrevivir. La vida de Silvia es pernoctar de motel en motel buscando dónde dormir y pasar la noche. Silvia persigue sus sueños como mujer nómada, pero, los sueños se desvanecen con el tiempo cuando decide ir por la aventura en la carretera Boulevard 214. La vida de Silvia comienza en un debate por quedarse o no en el auspicio trabajando allí de lo que sea o salir a ser nómada. El Paraíso es un pueblo rústico donde todo el mundo se conoce y la vida advierte temor, pavor, silencio autónomo e insistencia inestable cuando las casas hechas y elaboradas por la madera de ébano es una madera buena para la construcción, pero, inestable en infraestructura. En El Paraíso pernocta la chica más bonita de todos los tiempos, si Silvia no cae en redadas de prostituciones, drogas ilícitas ni robo alguno, sólo, pernocta en la carretera Boulevard 214. Silvia va y viene con su sólo equipaje: una mochila de color negro. Silvia tiene en la mochila una muda de ropa, agua potable y un dibujo que desde niña lo dibujó y era tener una familia. La vida de Silvia en El Paraíso es pernoctar en el Boulevard 214, ir de motel en motel hasta poder lograr tener un trabajo fijo con el que pueda sustentarse. La vida de Silvia, una chica de cabellos largos de color negro azabache, ojos de color negro y con gorra en mano donde guarda toda su cabellera sale todas las mañanas a buscar sustento en El Paraíso. Silvia lleva una mochila de color negro y en esa mochila lleva paz, alegría, felicidad y mucha prosperidad. Silvia camina y camina, pernocta y pernocta en penitente penitencia por la carretera Boulevard 214 para poder hospedar su vida, dormir tranquilamente y para el otro día salir a trabajar. La vida de Silvia comienza a decidir si se quedará por siempre como nómada o saldrá de ese trance delictivo, la cual, la tiene entre tres y dos caminos. Silvia en El Paraíso no detiene su andar ni su caminar, sí, en el Boulevard 214 donde se hallan hoteles y moteles y donde la vida comienza y termina en un trajín diario automatizado por la espera de soñar una vida mejor. La chica nómada Silvia espera lo inesperado por una vida mejor y un trabajo estable cuando la vida le golpeó fuertemente dentro y entre sus entrañas desatando la furia, el deseo y los sueños furtivos de creer que pueda tener un trabajo estable. La vida de la chica nómada Silvia en la carretera Boulevard 214 en El Paraíso es un frío caminar, álgido andar y con gélido viento, camina y camina, pernocta y pernocta sobre sus propios tenis atléticos, pero, pobres, sucios y rotos. Silvia pernocta en la carretera Boulevard 214 deseando abrir paso y deseando comerse al mundo con el fuego devorador de sus propios pensamientos, pero, la vida juega un juego importante y es la eterna desesperación por trabajar y hacer rico a otro, aunque, Silvia quede sin nada.
Silvia logró llegar a la carretera Boulevard 214 después del sustento en el auspicio caminando y caminando, pernoctando y pernoctando fuertemente. La vida para Silvia fue conocer aquella carretera Boulevard 214 en El Paraíso cuando conoció la vida, el trabajo y, más, poder ser nómada que, aunque, no le agradó, fue su único escape por ser una mujer nómada. La vida para Silvia fue silbar, cada vez, que pernocta en la carretera Boulevard 214 y es feliz de todas formas, si solamente reúne diez dólares al día para poder hospedarse en un motel cada noche. La vida para Silvia es autorrealizable cuando quiere ser una mujer estable y poder ser autosuficiente. Silvia es la huérfana nómada del Boulevard 214 en el Paraíso que se llena de fe y de esperanza de creer que será autosuficiente y autónoma. Si Silvia logró llegar a la carretera Boulevard 214 por encomiendas de la vida misma, y del deseo de entrever a la razón dispuesta en dar una sola razón cuando el deseo se convierte en un corazón lleno de bondad, de trabajo incansable y de un dolor inconsecuente. Silvia logró llegar a la carretera Boulevard 214 más transitada por el ente turista. Silvia pernocta en la carretera Boulevard 214 para poder superar su insistente coraje de un solo corazón en amar a la carretera Boulevard 214 para poder hospedarse, vivir y poder trabajar para sobrevivir. Silvia es una huérfana nómada de la vida desde un auspicio donde la tenían para adoptar y nadie logró su cometido en adoptar a la única niña que sería nómada. Silvia permanece como la única verdad que es ser nómada y nada más como una sola mágica verdad por ser huérfana y nómada. La carretera Boulevard 214 se aferra en el desierto mágico en poder creer en el ambigüo porvenir que se aferra a la idea en el trance delictivo de dar una sola solución de caer sin prostitucion, sin drogas ilícitas ni contrabando ilícito que estaba de moda en la carretera Boulevard 214. La vida para Silvia se aferró a la sola idea en poder creer en el ámbito terrestre y en pernoctar en la carretera Boulevard 214 en el Paraíso, lugar rústico, lleno de adoquines y elaboradas las casas, hoteles y moteles de madera de ébano. El lugar era muy hermoso, cálido y acogedor si en esa carretera quedó por siempre igual y de igual manera y forma que todos los que pernoctan allí se convierten en tristes nómadas nada más cuando ocurre lo que ocurre. El lugar, sí, El Paraíso, quedó desolado, sí, en la carretera Boulevard 214, cuando un fuerte terremoto sacude el lugar destrozando y derribando todo a su paso. La vida en huérfana virtud, y en ser nómada y nada más, que en el altercado friolero quedó como el álgido viento. Si la carretera Boulevard 214 quedó huérfana de tiempo, de rústico y de madera de ébano, como una sola mala insistencia en querer autorretratar la vida misma como una supervivencia autónoma de creer en el trance directo en dar una sola certeza en abrir la vida, la forma y la explicación en un acometido por caer de bruces por la impotencia de creer en el directo y en lo recto de caer sobre aquellos adoquines rotos y desbaratados por un vil y terrible terremoto. Y, sólo, poder creer que el tiempo y la vida queda en el tiempo sin tiempo, cuando ocurre lo peor de obtener lo incierto de una forma adecuada en la supervivencia autónoma. Todos los seres, entes y personas quedan como nómadas en aquella carretera Boulevard 214 en el Paraíso. El Paraíso quedó como el suburbio autónomo de dar una sola verdad insistente de dar paso a una destrucción masiva quedando los entes, seres y personas como Silvia siendo nómada y sin alguna pertenencia. Las vueltas que da la vida se aferran a ayudar a la huérfana y a la nómada quedando en el destino aferrándose a la única idea de ver al cielo autónomo de creer en el destino incierto.
La vida rústica, el pueblo hecho de madera de ébano, en el suelo adoquines y un ambiente acogedor se sincera en caer sobre el silencio autónomo en dar una sola sospecha intrascendente. La vida se aferra a la sola idea de creer en el trance directo y recto de un decreto autónomo de dar una sola salvación autorrealizable. Silvia es una mujer nómada, criada en un auspicio para menores y que pernocta en la carretera Boulevard 214 en El Paraíso. Silvia es nómada y no es de gran expectativa cuando en el trance perfecto y directo de su propia creencia la va llevando hacia el norte, siempre hacia el norte donde yace la carretera Boulevard 214 y los moteles más lujosos, pero, muy baratos. La vida rústica en el pueblo El Paraíso, sí, en la carretera Boulevard 214 encierra el temor por ser nómada y nada más, cuando en el embate se debate en querer pernoctar en la carretera Boulevard 214 se da lo peor: un terremoto. La vida rústica y los adoquines han quedado rotos, devastados y en compás de lo solitario van las entes, personas y seres a ser nómadas como Silvia, después del terremoto fuerte adquirido en El Paraíso. La madera rústica con todo el pueblo hecho y elaborado de madera de ébano quedó devastado de rústica madera en el mismo suelo donde pernocta Silvia como nómada. Una chica solitaria, llamada Silvia, sólo, pernocta de carretera en carretera, sí, en la carretera Boulevard 214 en el pueblo El Paraíso, sólo logró que todos aquellos seres, personas y entes del pueblo que la criticaron una vez en la vida, ahora, la vida da vueltas, ahora, son ellos las personas, entes y seres que son nómadas en la carretera Boulevard 214. Silvia es nómada y, por ello, no está en soledad o en solitario porvenir sino camina y camina buscando un mejor mundo. Silvia por ser nómada es pernoctar y pernoctar, ser caminante y una penitente en la carretera Boulevard 214. La vida de Silvia conlleva una sola dirección y es ser caminante, penitente y, más, que eso, ser una nómada en soledad y en eterna solitaria vida. Silvia por ser nómada en la carretera Boulevard 214, sólo, le enseñó dos cosas en la vida, una, que hay que caminar en la vida, y, la otra, que hay que caminar hasta lograr los sueños y ser realizables. La primera cosa que Silvia aprendió fue caminar y se dijo para sí que hay que caminar después de gatear y que lo que le enseñó la vida es que hay que caminar antes de correr y que la vida la sostiene, sólo, caminando. La otra cosa que Silvia aprendió fue caminar y hacer realidad sueños, logros y metas después de haber caminado tanto en la vida. La vida para Silvia quedó arraigada, adherida y malversada siendo la nómada más intransigente ante todas las demás gentes y personas que pernoctan en la carretera Boulevard 214 en El Paraíso que permanecen nómadas cuando el lugar rústico elaborado con la madera de ébano quedó todo inmortalmente destrozado por un terremoto de alta magnitud dejando a las personas nómadas. La vida para Silvia quedó adherida, inmortal y secretamente arraigada cuando la vida atemorizó de un espanto casi impredecible. Silvia percibe después de ser criticada por ser nómada que las gentes se convierten también, ahora, nómadas. La vida para Silvia no fue fácil siempre trabajando día a día para poder hospedarse en un motel en la carretera Boulevard 214 en El Paraíso, pero, ésta vez, queda más nómada que antes cuando cae y se destruye todo por ser un terremoto de magnitud cuando ocurre lo peor en El Paraíso. La vida comienza a despilfarrar tormento y voluntad cuando en El Paraíso se convierte en un trance fatal cuando en la carretera Boulevard 214 se aferra la idea en convertir la razón en una sola cosa y es ser nómada por siempre hasta que la vida se interponga cuando muera el ocaso o Silvia deje de existir.
Silvia logra sobrevivir siendo la nómada más experta, más intransigente con una expectativa de vida alta sabiendo que ser nómada es la experiencia que tiene en la vida. Silvia y su manera de ser nómada se aferra a la sola idea en querer solventar la fuerza y la esperanza de ver y creer que la vida atormenta por el lado más fino de la soga. Silvia irrumpe en un trance imperfecto cuando ser nómada le ha dejado un tropel de sensaciones ingratas solapando la única verdad que su mundo es casi incierto, pero, verdadero y real. Silvia queda con la razón incierta, pero, muy real cuando las cosas no pasan desapercibidas y ser nómada es lo que ella más ama desde el interior de su propio ser. La vida para Silvia queda en el tintero siendo la nómada con más experiencia pernoctando de motel en motel, pero, ahora, como el terremoto que sacudió al pueblo El Paraíso dejando devastación. Silvia, ahora en adelante, queda pernoctando con sectas nómadas cerca de los moteles donde ella se hospedó para dormir tranquilamente. La vida para Silvia, sólo, consigue sobrevivir después de éste terrible terremoto de una forma, una manera en poder hacer creer que su mundo se ha vuelto pequeño, pero, grande en esperanza y en volver a ser el mismo pueblo que era antes. Silvia arranca de raíz haber sido nómada y cuenta su historia sentada de frente a la fogata llena de un fuego devorador que hace un grupo de secta nómada para calentar el cuerpo en una noche. Silvia no tenía nada qué decir, pero, su historia fue una capaz de sobrevivir con expectativa y experiencia hacia el más nefasto de todos los tiempos cuando transcurre el vivir entre el frío y la carretera Boulevard 214 en El Paraíso. Silvia conoció a El Paraíso cuando llega a pernoctar por encomiendas de la vida superando su instinto, su sosiego, su temple en un dolor infructuoso cuando logra derribar el tormento que existe en su cabeza y es ser nómada y nada más. Silvia por ser nómada no calma las expectativas de ir y venir lejos de la realidad cuando se intensifica el tormento cruel de creer que su historia tiene principio y fin enalteciendo la forma de contar su propia historia. Silvia es autónoma con su vida y se intensifica en creer que su historia no tiene sentido, pero, sí, la tiene, cuando ella es nómada y criticada por todo el pueblo. Silvia y su historia de vida la cuenta tal y como ha sido toda su vida cuando, al fin y al cabo, cuenta lo que cuenta su propia historia. Silvia, la chica nómada, cuenta su historia que antes del terremoto todo mundo la criticó por ser una chica nómada y nada más y, ahora, los mismos que la criticaron están sentados junto a ella frente a ese fuego voraz porque uno sabe de hoy, pero, no sabe de mañana. Silvia caminó de motel en motel en la carretera Boulevard 214 en El Paraíso buscando cómo sustentar su propia vida y, ahora, todos están en el mismo barco buscando cómo sustentar sus propias vidas. La historia de Silvia se somete a crear una historia solvente de penuria, carencia, desamor y de temor por no conseguir un lugar hospitalario para pasar la noche. La vida de Silvia quedó atemorizada, impactada, impotente cuando decide ser la mujer más fuerte de todo el pueblo El Paraíso y aquellos que la criticó tienen, ahora, en sus manos una vida llena de temor, frío, carencia y penuria como lo que ella pasó cuando ellos se hallaban entre casas de madera rústica elaborada por la madera de ébano. La vida ha cambiado para todos cuando en el principio, al fin y al cabo, terminó todo cuando todos llegan a ser nómadas al igual que Silvia siendo nómada, pernoctó de motel en motel, pero, ahora, todo quedó destruido. Todos están varados en la calle y siendo nómadas la vida permanece en un trajín diario y nocturno cuando crean a la secta nómada y se reúnen en la noche frente al fuego voraz por calentar el cuerpo.
Silvia, sentada frente al fuego voraz de una fogata, quedó adherida, malherida, abatida, entristecida y, más que eso, adolorida porque no halla un motel donde hospedarse la noche fría. La vida para todos en el pueblo El Paraíso se dio lo más pernicioso, espantoso y doloroso de todos los tiempos cuando en el embarque de la vida quedan huérfanos de vivienda, de pueblo rústico y de un pueblo que antes era progreso y, ahora, son nómadas. Silvia, sentada frente al fuego en la secta nómada en el pueblo rústico El Paraíso, tiene una ilusión, un paisaje imaginario, un hombre iluso y llamado Pedro. La vida para Silvia, la chica nómada del pueblo rústico El Paraíso, se debate en una ilusión imaginaria, una visión ilusa y un tiempo invisible, el cual, se encrudece por el tiempo que cree que Pedro es un ser vivo, no imaginario y con una sola visión en el mundo tan certera como poder vivir un amor, una pasión, una vehemencia carnal entre el ser imaginario Pedro y ella. El ser imaginario para Silvia que conoce frente al fuego voraz, frente a la fogata con la secta nómada reunida, sí, allí, frente al fuego voraz, no calma en redención lo que encrudece de tiempo y de fibras en el corazón, cuando el tiempo caduca y expira en el tiempo que más Silvia se imagina a ése ser imaginario llamado Pedro. La vida comienza de cero buscando alternativa para comenzar de nuevo, pero, la vida juega un papel importante en su vida y es que Silvia realiza a un ser imaginario en su testa imaginando, lo que nunca a un ser ilusorio, imaginario, invisible y abstracto, hasta con el fuego que tiene de frente en la fogata. La vida comienza a despilfarrar tiempo, eficaz tormento e intrépido momento cuando el terrible instante se debate como es un empate con la vida misma amando a un ser nuevo e imaginario llamado Pedro. Pedro, el hombre llamado e imaginario en la testa de Silvia es un hombre intrépido, fugaz, voraz como el fuego, ilusorio en su cabeza y como una psicosis incierta, certera, pero, muy eficaz. Silvia imagina imaginariamente a un hombre vestido con atuendo playero encima o sobre el fuego voraz que tiene de frente. La vida para Silvia fue siempre tener un verdadero y único amor, si siempre lo imaginó, lo inventó, y fraguó con numen inventivo a todo un hombre vestido con atuendo playero sobre el fuego en la fogata. La vida para Silvia comienza de cero enalteciendo la vida, la verdad, la certeza y la franqueza en tener un hombre imaginario en su testa. La vida para Silvia no detiene su pensar, su imaginar ni por inventar a un ser imaginario como el hombre llamado Pedro: su único y verdadero amor. Silvia, en su mundo lleno de psicosis, psiquis y psicología imaginaria, imagina a un hombre sobre el fuego voraz. Silvia se inquieta por saber que el mundo continúa con o sin un hombre imaginario sobre el fuego encendido de una fogata voraz. La vida de Silvia comienza a despilfarrar momentos ingratos cuando se encrudece de mal tiempo por comenzar de cero cuando en el alma, en el cuerpo, en la luz y en la mente aflora un hombre de atuendo playero en medio del fuego voraz que comenzó a crujir en fuego con la leña hasta devorar y hacer una llama tan perdida entre el fuego y su mente porque realizó imaginariamente e ilusoriamente a un hombre de nombre Pedro. La vida para Silvia permanece sentada de frente a ese fuego voraz cuando el instante se cuece de calor y no de frío. Silvia imagina lo peor en el fuego voraz y es a un hombre de nombre Pedro, el cual, amará por el resto de su vida. Silvia petrifica su mente en ese fuego voraz, penitente, caminante, como pernoctando en la carretera Boulevard 214 que encierra el temor de hospedarse en un motel en la noche. Silvia recorre de punta a punta, de esquina a esquina a la carretera Boulevard 214, sólo, queriendo ser feliz y tener un trabajo donde establecer su vida.
Silvia, cada vez que se sienta frente al fuego, imagina a Pedro de enfrente a ese voraz fuego porque lo imagina ilusoriamente. Pedro, el imaginario, era el único y verdadero amor de Silvia, si ella lo imagina, lo venera y más lo ama. Silvia se va enamorando más y más de ése ser imaginario que está de frente a ella en el fuego voraz encendido para calentar los cuerpos en la carretera Boulevard 214 en El Paraíso. Pedro es un ser imaginario, pero, muy trascendental, muy inocuo, muy impetuoso, que sí ama también a Silvia. Silvia se va enamorando más y más de ése ser imaginario que desea realizar con su mente, inventando con numen fraguado sobre ese fuego devorador que tiene enfrente. Si, Silvia, en el acecho que se torna exasperado y muy desesperado en el combate, cree que su amor es, sólo, un ser imaginario y que quedará, sólo, en el tiempo, en su mente y más en su imaginación inventando cada parte de su ser. Silvia siente en su pecho el dolor de querer amar y ser amada y ése ser, sólo, es un ser imaginario que entorpece su voluntad, su fuego y su carencia de creer que nunca saldrá de ese pueblo El Paraíso. La ilusión de Silvia con ése ser imaginario que ella misma inventó en el fuego devorador por creer en el trance directo se va llevando toda su ilusión, emoción o decepción en poder creer que no puede amar y ser amada como Dios manda. Silvia se debe de enfrascar en la sola idea de enamorarse de ése ser imaginario que acaba de hacer en el fuego devorador y voraz que ella tiene enfrente, sólo, por calentar el cuerpo en la carretera Boulevard 214 en El Paraíso. Silvia se enamora más y más de ése ser imaginario con atuendo playero que posee el hombre llamado Pedro. La verdad es que la esencia de ése ser imaginario es sútil, hábil y sin ser vil se lleva todo el amor del corazón de Silvia. El amor de Silvia es entregar vida, alma y corazón por un amor como el de Pedro, pero, se enfrasca en la sola idea de tener que lidiar con ése amor imaginario que, sólo, existe en la mente de Silvia. El amor de Silvia busca cómo enamorar, cómo inventar y cómo fraguar ése amor vivo en el corazón que tiene Silvia para poder ser feliz y ser verdaderamente amada. Silvia se enamora perdidamente de ése ser imaginario, pero, no sabe cómo obtener su amor después que lo inventó en el fuego devorador y voraz que tiene enfrente. La vida para Silvia es cometer el mismo error fraguando, imaginando e inventando a ése hombre imaginario para poder amar y ser amada, pero, aunque, ella sabe que es imaginario el amor, también, es abstracto. Aunque, Silvia ama desesperadamente y exasperadamente a ése ser imaginario en ese fuego devorador cayendo sobre el silencio, sobre la imaginación, sobre el invento de inventar a ése hombre de nombre Pedro. Silvia queda petrificada mirando detenidamente al fuego y lo hace, una y otra vez, a ése ser imaginario que vive en sus pensamientos y que aflora la única verdad de que es incertidumbre lo que comienza y no termina en su solo sentimiento. La vida para Silvia, cuando comete el peor error de su vida, piensa, imagina e inventa a ése ser imaginario en la carretera Boulevard 214 en El Paraíso con el fuego voraz, hace una sola verdad, una sola certeza y una sola realidad cuando ése ser es imaginario, ilusorio e inventado. Silvia se enamora con el amor perdido de creer que ése amor es un amor único, imborrable, indeleble e insustituido. La vida huérfana de Silvia permanece a la deriva cuando a plenitud y en el sol del día hubo un terremoto en la carretera Boulevard 214 en El Paraíso quedando todo destruído menos sus pensamientos, su mente, sus sentimientos y su invento mental de ése ser imaginario que ella amó desde el principio hasta el final cuando se desapareció del fuego.
Silvia mira y observa el fuego con su invento imaginario mental en hacer crear a un hombre llamado Pedro, pero, lo que no sabe es que ése hombre le puede hablar. La vida para Silvia queda a la deriva en la orfandad, en el miedo, en el temor, en el pavor y en la decepción de amar a ése hombre imaginario de nombre Pedro. Silvia promete ser el verdadero amor para ése ser imaginario y que siempre amará desde que lo crea desde su mente en el fuego devorador que tiene de frente a ella. La vida comienza de cero levantando cada polvo, cada madera, cada carretera, cada hotel y cada motel, sí, en la carretera Boulevard 214 en El Paraíso. Mientras, la secta nómada comienza a realizar labores voluntarias en hacer levantar al pueblo, la vida comienza todo desde cero nuevamente. La verdad es que el ser imaginario le indica a Silvia cómo proseguir y seguir desde el principio hasta el fin de un camino oscuro, tenebroso, pavoroso y muy impetuoso. Silvia indica a ése ser imaginario el camino a proseguir desde el fuego devorador y voraz que ella lo imagina y lo crea para poder amar y ser amada, pero, ése ser le expresa un camino a seguir, un destino a proseguir y una senda, la cual, puede pernoctar para poder subsistir o salir airosa sobreviviendo de ese cruel y terrible terremoto que afectó a la carretera Boulevard 214 en El Paraíso. El camino a seguir que le otorgó ése ser imaginario a Silvia fue de impetuoso proceder, de venidero porvenir y en un lugar hospitalario para vivir, ya que Silvia es nómada y no tiene dónde poder pernoctar y vivir irrumpiendo en un trance furtivo, fugaz y demasiado tenebroso. Silvia en psicosis, en psiquis y en psicología mental tiene cien IQ´s en preservar y no perecer en el trance y en la revelación de ese camino que ése ser imaginario le indica a proseguir. La vida intercede, la vida penetra y la vida acecha con devorar a los pensamientos y sentimientos de Silvia cuando perece como nómada y vive frente al fuego devorador pensando que ser nómada será para vivir el resto de su vida. La vida para Silvia es trascendental, efímera, real y verdadera cuando en el alma y, más, en su corazón comienza de cero a amar, ser amada y que el camino que le indica ése ser imaginario es uno bueno y trascendental para poder vivir y subsistir por ser nómada. La vida para Silvia quedó abatida, adolorida, destruída, en un abismo frío y en un precipicio vacío donde yace y es que la vida da tantas vueltas porque la vida de todo ese pueblo se volcó, también, al igual que ella, por ser nómadas después de ese vil y terrible terremoto en la carretera Boulevard 214 en El Paraíso. La vida para Silvia quedó totalmente destruida y abatida cuando en el tiempo y, más, en el ocaso quedó todo totalmente destruido en todo El Paraíso. La vida comenzó en destruir la forma veraz, verdadera y tan certera como el haber revelado ése ser imaginario en el fuego devorador a Silvia demostrando que el camino todo lo puede y que puede ser un ente normal si consigue lograr llegar a ese camino y dejar de ser nómada. La vida queda adolorida, abatida y muy destruida cuando en el afán desea Silvia dejar de ser nómada. El camino a seguir que le indica el ser imaginario a Silvia de frente a ese fuego devorador y voraz es un camino para dejar de ser nómada. Silvia cree como crea mentalmente en una psicosis, psiquis y psicología mental a un hombre llamado Pedro que le revelará el secreto en decreto de un camino a seguir y a proseguir para poder subsistir. La vida para Silvia demostró ser como una vida perdida en un abismo frío y en un precipicio vacío para poder salir airoso de ese mal trance cuando el ser imaginario le indica a Silvia un camino a seguir demostrando que se puede sobrevivir sin ser nómada nuevamente.
El camino para Silvia era siempre proseguir en la carretera Boulevard 214 en El Paraíso cuando de la nada aparece un perro, un perro sabiondo, un sabueso inteligente y un perro casi guía, el cual, se petrifica la espera inesperada y exasperada de proseguir el camino junto a ese perro. La vida para Silvia demostró ser una vida completamente liberal y sin ser nómada quedando en el tiempo y, más, junto a ése ser imaginario que, sólo, existía en la mente y en los sentimientos de Silvia. La vida comenzó a despilfarrar camino a seguir y a proseguir cuando ése ser imaginario le expresa a Silvia que tome a ese perro como su mascota. El perro que aparece en la carretera Boulevard 214 en El Paraíso es un perro mágico, pero, muy real que la ayudará en proseguir una senda y un camino para poder hallar un hogar sustituto y poder subsistir fuera de la carretera Boulevard 214 en El Paraíso. La vida para Silvia comenzó de cero dejando de ser nómada y queriendo realizar todos sus sueños en una vida pasajera, pero, petrificada en hacer valer todo sus sueños. Silvia prosigue senda abajo sin conocer más nada que El Paraíso con perro a su lado y esperando hallar un hogar sustituto dónde poder sobrevivir, subsistir, trabajar y echar hacia adelante. La vida para Silvia fue siempre temerosa, tímida, retraída y compungida en el afán por ser una nómada huérfana de padres, de vida y de tiempo, solamente, teniendo un corazón tan inmenso como poder amar y ser amada. El perro guía a Silvia senda abajo y encuentra una calle solitaria y desconocida cuando ella pernocta solamente en la carretera Boulevard 214 en El Paraíso. La carretera nueva que acaba de conocer Silvia de su perro guía es de un hogar sustituto que la pueda ayudar, por supuesto, que ella pueda trabajar y sustentar su vida. La vida para Silvia retrocede, sale corriendo de esa carretera y logra llegar a la carretera Boulevard 214 en El Paraíso. Esa noche impetuosa, con álgido viento y un fuego devorador como fogata perpetra lo peor en su vida y es que Silvia imagina, inventa y fragua a ése ser imaginario llamado Pedro, pero, ésta vez Pedro no le habla ni media, ni una sola palabra y es que Silvia salió corriendo de esa carretera nueva donde era exactamente el punto de encuentro donde ella podía ver luz, ilusión sin ser decepción y dejar de ser una nómada para poder ayudar a los del pueblo en la carretera Boulevard 214 en El Paraíso. Silvia queda un rato observando y mirando el fuego con rodillas levantadas y sentada en el suelo de frente a ese fuego devorador y voraz que tiene de frente para poder imaginar a su hombre perfecto, a un hombre llamado Pedro. Pedro, ésta vez, sucumbe en un trance delictivo en creer que ése ser imaginario la lleva por un camino equivocado, erróneo y devastador como la destrucción masiva en la carretera Boulevard 214 en El Paraíso. La vida para Silvia quedó automatizada, petrificada, sosegada e impetuosamente templada frente a ese fuego devorador donde Silvia imaginó adecuadamente a ése ser imaginario llamado Pedro, pero, ésta vez, lo imagina y lo crea tanto que casi pierde la noción del tiempo, de la vida y del corazón amando como nunca. La vida para Silvia fue devastadora. La vida de Silvia fue quedar siempre siendo nómada sin querer ser nómada nuevamente y, así, fue todo desde que el perro guía la guía por la carretera nueva, pero, ella teme ser llevada para siempre desde esa carretera nueva sin saber y ni tan siquiera sospechar que en esa carretera estará toda su vida, un hogar sustituto y toda una vida nueva en proseguir. Silvia no perpetra ni petrifica su espera exasperada en querer un nuevo hogar después de ese vil y terrible terremoto en la carretera Boulevard 214 en El Paraíso. La vida comienza a decaer infructuosamente para Silvia cuando el perro guía se desaparece de su lado y la deja abandonada.
Silvia logra tener un hogar sustituto irrumpiendo en un desastre cometido en caer nuevamente e imperiosamente a ser nómada sin hallar a un hogar sustituto que sostenga su vida, su corazón, la paciencia y la virtud de una chica joven como lo es ella de cabellos negros de color azabache dejando de ser una nómada más. Silvia busca su supervivencia y ¿lo logrará?, más no se sabe porque el ser imaginario llamado Pedro casi desaparece del fuego devorador y voraz. La vida para Silvia comienza nuevamente de cero cuando el temor, la vida, lo pavoroso, lo incierto y lo petrificante de la vida le hace ver un tormento, una tempestad y un huracán en medio de la nada. Y, esa nada era solamente ser nómada nuevamente y quedar siendo nómada para siempre. Silvia sin tener un lugar fijo para vivir le hace merecedora de una vida llena de trabajo y de insistente capricho en dejar de ser una nómada más. Silvia sentada, nuevamente, de frente a ese fuego devorador con rodillas levantadas, sólo, piensa en su desdicha, en su vida, en su corazón y mentalmente con psicosis, psiquis y psicología mental va buscando hallar a ése ser imaginario que una vez le indicó el camino a seguir en una sola revelación autónoma de creer que la vida es una. Y, así es, la vida es una, única e insustituible barriendo las asperezas, las vicisitudes y la tribulación en el camino desierto. La vida para Silvia es como abrir y cerrar de ojos solamente petrificando la espera inesperada en conseguir el único lugar sustituto para vivir, pero, aunque, ése ser imaginario le reveló toda la verdad, pero, ella no creyó y se fue de esa carretera nueva dejando una estela sin sabor en el camino. Silvia, de frente a ese fuego devorador en la fogata con la secta nómada del pueblo El Paraíso que, sólo, buscan un lugar para vivir, acelera la vida, el tiempo y más su propio latido en el corazón para poder hallar un lugar sustituto y vivir libremente sin ser nómada. La vida para Silvia quedó automatizada en la única espera en hallar un lugar sustituto para poder vivir y dejar de ser nómada. La noche quedó templada, en soledad, sosegada y muy intransigente cuando el tiempo no caduca, no expira, no trasciende, no transmuta y sin un trasfondo de un paisaje bonito, si, solamente, había un lugar desierto, devastado, destruido y terriblemente adolorido por un terremoto de alta magnitud cuando fue destrozado y dejó a todos que pernoctan la carretera Boulevard 214 en El Paraíso nómadas. Esa noche, de frente a la fogata, quedó una mujer decidida, con expectativas, experiencias y vicisitudes marcando una trascendencia por poder dejar de ser nómada y para siempre, pero, la vida juega un papel importante y es que la vida sabe más que un nómada, o sea, que la vida puede saber más que Silvia y, así es, la vida tiene experiencias, exasperaciones y vicisitudes donde siempre se aprende. Silvia, sola, abatida, adolorida en el afán de creer que su rumbo compite en contra del recelo de la vida, y de la existencia, debate en creer que el mundo no quedó igual y, así fue después de ese vil, cruel y devastador terremoto en la carretera Boulevard 214 en El Paraíso. Silvia demuestra que ser nómada no era gran cosa, sino que se trabaja por tener un lugar fijo para vivir, cuando en el afán de ver, imaginar, inventar y de fraguar a todo ser imaginario en el fuego de la fogata que tiene de frente a ella el ser ilusorio se ha marchado y ya no lo ve, ni lo imagina ni lo inventa nuevamente con el afán de creer que le habla, que la ama y que puede ser una mujer para poder amar y ser amada. Silvia cree en el afán de creer que su mundo es exacto, pero, siendo nómada porque no le queda otra cosa que seguir nómada en la carretera Boulevard 214 en El Paraíso.
Silvia observa detenidamente y nuevamente al fuego devorador que tiene de frente a ella e imagina haber pasado por esa carretera y haber llegado al lugar sustituto para vivir y, así poder ser feliz dejando de ser nómada. La vida para Silvia fue tener un lugar sustituto para vivir dejando de ser nómada por no tener un lugar fijo para vivir. La vida para Silvia quedó derrotada, abatida, adolorida y destruida cuando el lugar fue un lugar inhóspito en la carretera nueva en donde el ser imaginario le reveló que allí había un lugar para vivir. La vida para Silvia quedó por siempre observando y mirando a ese fuego devorador, pertinaz, voraz y silencioso, crepitando y crujiendo entre la leña dejando escapar una llama en la fogata y esa llama era Pedro. Pedro es un ser imaginario, inventado por la psicosis, psiquis y psicología mental de Silvia, sólo, permite ser observado mentalmente revelando un camino infructuoso, sosegado, e impetuoso, pero, tan destruido como la carretera Boulevard 214 en El Paraíso. Silvia mira, observa e inventa a ése ser imaginario nuevamente con atuendo playero que le revela donde pernoctar y en qué lugar poder vivir en la fogata creada por la secta nómada en la carretera Boulevard 214 en El Paraíso. Silvia queda petrificada mirando y observando a ese fuego destructivo, devorador y, por consiguiente, muy adolorido por ser una nómada que inventa, que imagina y solapa en la forma de atraer a ese ser imaginario y, sólo, desea tener un lugar fijo para vivir y dejar ser nómada. La vida para Silvia queda seguir mirando y observando a ese fuego devorador y voraz para seguir imaginando e inventando a ése ser imaginario de nombre Pedro. Silvia queda con sus ojos petrificados en mirar y observar a ese fuego latente, impetuoso, y crujiente crepitando entre la leña voraz de un fuego devorador que, por consiguiente, le expresa a Silvia que pronto tendrá un lugar sin ser inhóspito para dejar de ser una nómada sin lugar fijo para vivir. La vida de Silvia, siendo nómada, quedó en el tiempo, en la vida y en la forma de amar y ser amada, de tal forma, por ése ser imaginario de nombre Pedro, pero, le llegó la hora de creer que, sí, había conseguido un lugar para dejar ser nómada y para siempre. Silvia imagina e inventa un lugar, sí, en el fuego devorador y voraz que tiene de frente a ella, y lo cree tanto, pero, es sólo una revelación en dónde puede pernoctar sin ser nómada, pero, aunque, Silvia no lo entendió jamás, sólo, la llevó lejos mirando y observando a un fuego devorador y voraz como ese fuego en la fogata creada por la secta nómada de la carretera Boulevard 214 en El Paraíso donde ella petrifica a sus propios ojos. El lugar rústico, elaborado con madera de ébano, y con gente como Silvia, sólo, le dejó un tropel de sensaciones nuevas de creer que tendría un nuevo lugar para vivir y dejar de ser nómada para siempre.Silvia lo imagina, lo inventa y con psicosis, psiquis, y psicología mental yace, allí, sentada de frente a ese fuego devorador y voraz con rodillas levantadas hacia el fuego pensando e imaginando lo que más ella deseaba que era tener un lugar para vivir y dejar de ser nómada. Silvia se le olvidó algo y es que está de frente a ese fuego en la fogata creada por la secta los nómadas y quedó petrificante ante sus propios ojos, vista y por un capricho exótico de ver y tener claro que el lugar donde quería vivir se halla allí mismo de frente a ella. Silvia, en su imaginación y con su invento de fraguar lo que más deseó, no la dejó ver más allá de la razón, de su mente y de su mente inventiva que, sólo, era un fuego devorador atrayendo lo que más deseaba: un hogar. Lo último que vio Silvia en el fuego devorador y latente de frente a ella fue ese hogar sustituto donde quiso siempre dejar de ser nómada, pero, sólo, era un fuego y ella nunca entendió sino que sus ojos se petrifican en ese fuego devorador creyendo que allí era su único hogar. Silvia murió quemada y devorada por el fuego de la fogata frente a ella porque pensó tanto, imaginó tanto e inventó tanto que, solamente, el fuego fue parte de su mente. Silvia, la nómada de cabellos de color negro como azabache, muere quemada. Silvia dejó un legado profundo y fue cómo conseguir y sobrevivir al ser nómada. Silvia dejó como legado caminar penitentemente y pernoctar en la carretera Boulevard 214 en El Paraíso. Silvia dejó un legado por ser una caminante con ímpetu, con trabajo sabiendo que ser nómada es poder hallar un lugar fijo para vivir, que la vida le enseñó cómo sobrevivir y que nunca más habrá una chica de cabellos de color negro azabache en la carretera Boulevard 214 en El Paraíso. Silvia muere a razón de un fuego devorador, pero, ese fuego quedó en el interior creyendo que, allí, entre leña crujiente es donde halló un lugar fijo para vivir.
FIN
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Autor:
EMYZAG (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 19 de abril de 2025 a las 00:02
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Tu hermosa esencia literaria sale de la mano que sostiene tu genial pluma estimada poetisa y amiga EMYZAG
Abrazos de Críspulo desde Torrelavega
El Hombre de la Rosa
Gracias amigo poeta que tenga un Feliz Día de Pascua....
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