a Estelia Miranda
Ella está ahí,
entre el humo de la cocina
y el tictac del reloj barato,
con su coleta deshilachada
de sueños postergados
y un trapo sucio que guarda
manchas de otros derrotados.
En la agonía del día
de cada lejano sábado
vuelvo a tallar mi sombra
en la silla que ya memorizó
el peso de mis derrotas.
Revolviendo el veneno en una taza,
que solo es dulce
si viene drenado de sus manos
Que mas da, luego
si me pierdo entre el humo de mis pensamientos,
y luego cuento sus pasos,
como un hilo que cose y desgarra.
Ahora escribo esto
en una servilleta sucia:
"El amor es una mosca
en una taza de leche fria,
y yo el idiota que la mira ahogarse ".
Ella, limpia mi mesa
-borra el anillo del pocillo,
Como si así borrara mi mísera existencia-
-Yo salgo con una rabia más a la calle-
A comerme un sol
que sabe a agua oxidada por su ausencia,
Y maldigo a Dios, por inventar a las meseras
Y a los huevos podridos de los hombres
que amamos con el corazón en tajos.
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Autor:
Carlos Baldelomar (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 11 de abril de 2025 a las 18:05
- Categoría: Amor
- Lecturas: 11
- Usuarios favoritos de este poema: ElidethAbreu, Augusto Fleid, EmilianoDR, La Hechicera de las Letras, alicia perez hernandez, Carlos Baldelomar
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