LA inocencia tenía NOMBRE

De repente todo fue un sano juego por pasatiempo de niños, que soñaban ser grandes, cerrando los ojos, dibujando pequeñas sonrisas en inocentes labios al darnos un beso, ruborizándonos un poco, pero un día al cerrarlos y volverlos abrir, contemplamos asombrados por un instante, uno frente al otro, que algo había cambiado sin darnos cuentas en el tiempo, éramos tan diferentes, pero ideal al despertar de una sola caricia el deseo escrito en la mirada, abriendo esta vez, sincera y sentidamente los brazos, para amarnos lentamente cada parte de nuestros cuerpos...